Page 66 - CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD

CARLOS TEJEDA CRUZ en tierras de nadie, prácticamente a libre
66 Libro Digital Universitario 2014
es la expresión de una alta productividad
biológica, no se sustenta en la fertilidad de
los suelos que ocupan, sino que es el re-
sultado de un eficiente y complejo sistema
de reciclaje de nutrientes. Por el contrario,
estos suelos suelen ser frágiles, someros y
muy susceptibles a la erosión.
3.2 La apropiación privada
del recurso forestal
La explotación forestal de maderas precio-
sas (caoba y cedro) dio inicio a partir de
1870 en la forma de pequeñas monterías
con explotaciones de muy baja escala que
se dispersaron por las orillas de Lacan-Tún,
Pasión y Usumacinta durante la década de
los 70 del siglo XIX. Este territorio no era
considerado parte del territorio nacional y
el Gobierno de Chiapas no ejercía con-
trol administrativo alguno sobre esa región
(De Vos, 1992). Esta etapa (1870-1880)
podría considerarse como de apropiación
privada, casi individual, del recurso forestal
Universidad Autónoma de Chiapas
acceso.
En 1880, entraron en escena tres
compañías de Tabasco: Bulnes Hermanos,
Valenzuela y Jamet y Sastré, que decidieron
abrir un frente de explotación en la Selva
Lacandona, ante el agotamiento de las re-
servas forestales en Tabasco y se lanzaron
a establecer un número impresionante de
monterías a lo largo de todos los ríos que
tuvieron el caudal necesario para el trans-
porte de las trozas (De Vos, 1992).
El corte de maderas preciosas se con-
virtió así en una industria de gran enverga-
dura, que vendía su producto en los mer-
cados mundiales (Europa y Nueva York) y
tenía el apoyo financiero de inversionistas
e importadores extranjeros, al amparo de
la política económica liberal impulsada por
el Porfiriato, que puso condiciones idóneas
para la inversión del capital extranjero en el
país (De Vos, 1992).
A finales del siglo XIX, todos los te-
rrenos de la selva Lacandona cercanos a
las márgenes de los ríos (que eran el me-
dio de transporte de las trozas), estaban
en manos de compañías particulares con
concesiones temporales para la explota-
ción de maderas preciosas otorgadas por
el Gobierno Porfirista (De Vos, 1992).