Page 226 - Salud y políticas públicas
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226 RICARDO RAFAEL GUTIÉRREZ COUTIÑO En la actualidad, en las zonas económicamente favorecidas de las áreas urbanas se percibe un crecimiento importante de centros especializados para la sanación y/o recuperación de la salud de tipo reumático o de las articulaciones; para la belleza y/o relajación, denominados genéricamente SPA. Mientras que la población con menores recursos económicos o residentes de zonas rurales, donde existen balnearios con aguas termales mineromedicinales, recurren preferentemente a ellos. La actividad interna de la Tierra y el movimiento de las placas tectónicas que dan origen a la sismicidad en general y al volcanismo en particular a nivel mundial, son igualmente responsables de la existencia de zonas geotérmicas y de los manantiales termales azufrados, que constituyen fuentes de riqueza y salud, recursos con los que cuenta Chiapas. Está ampliamente documentado que, en promedio, las condiciones de la población chiapa- neca en materia de salud, vivienda, marginación, educación, analfabetismo, entre otras, han sido históricamente desventajosas respecto al resto del país (Trujillo et al., 2014). Quien esto escribe considera que es un momento propicio para analizar esta propuesta, y aprovechar los privilegiados recursos hidrotermales con que se cuenta en la entidad y proceder en consecuencia. Esta invita- ción involucra a los sectores de Salud y Turismo, por las razones que se explican a continuación. En México, según el censo de población y vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía de 2005, la población nacional era de 103.9 millones, donde la población de 65 años y más se estimaba en aproximadamente 5.4 millones; se proyecta que para 2030 y 2050 este gru- po poblacional llegará a 17 y 32.5 millones de personas, respectivamente (Espinosa et al., 2013). Por lo tanto, para 2030 se requerirá de una política de atención a la salud que involucre aspectos asistenciales y de atención preventiva, hacia un proceso de envejecimiento exitoso, lo cual justifca el empleo de hidroterapia y recursos como los baños termales azufrados, que han sido utilizados como medios curativos a lo largo de la historia para la sanación de padecimientos de tipo reumá- ticos, cardiovasculares, de las articulaciones, entre otras (Kneipp, 2001). De manera paralela, la ampliación y modernización de los programas de salud pública, signifca de manera intrínseca desarrollo del sector turístico en el Estado y reducir la vulnerabilidad física de la población chiapaneca ante emergencias y desastres. Hasta ahora los sitios de manantiales termales azufrados han sido pocos o nada utilizados con fnes terapéuticos por las instituciones de salud, úni- Universidad Autónoma de Chiapas