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SUELOS DE CHIAPAS:
24 MANEJO, CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN
En igualdad de condiciones en relación al área, clima y suelo, cuanto más alto es el orden
de corriente de la cuenca mayor es su grado de desarrollo fluvial (Campos, 1998) y responde
rápidamente a una tormenta (Aparicio, 2001); esto se observó en las microcuencas 11 y 12
que se localizan en la parte media de la cuenca presentando un quinto orden de corriente,
donde se encuentran las muestras 5, 12, 13, y 19 con algunas propiedades físico y química
similares. Asimismo, un mayor orden indica en general mayor posibilidad de erosión y consigo
la pérdida de los nutrientes importantes por la fuerza que la corriente ejerce sobre el área,
principalmente en los laterales del cauce.
Densidad de escurrimiento
La densidad de ríos se clasificó en muy baja densidad (128.34 – 254.07 m km ), baja densidad
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(254.07 – 326.16 m km ), media densidad (326.16 – 376.45 m km ), alta densidad (376.35
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– 458.59 m km ) y muy alta densidad (458.59 – 555.82 k km ) (Figura 4).
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La zona presenta media, alta y muy alta densidad en la parte alta, siendo menos densa en
la parte baja de la cuenca; los valores de densidad están generalmente asociados a condiciones
climáticas y litológicas de la región (Summerfiel, 1991; Breña y Jacobo, 2006), condiciones
características de la zona de estudio. Donde estos indicadores son elevados, los suelos se ero-
sionan fácilmente o son relativamente impermeables, las pendientes son altas y la cobertura
vegetal es escasa. Lo que refleja una cuenca altamente disectada (Figura 5), generando una alta
respuesta y generación de escurrimiento hacia el punto de descarga o salida de la cuenca. El
escurrimiento de esta cuenca no es permanente, presentándose solo durante la época lluviosa
pero consecuentemente trae consigo el arrastre de material por falta de vegetación y así el
empobrecimiento de la fertilidad del suelo en la zona.
Universidad Autónoma de Chiapas