Page 52 - LA POBREZA, GÉNERO, ENVEJECIMIENTO POBLACIONAL
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52 La pobreza, género y envejecimiento
factores de vuLnerabiLidad sociaL
años y representan el 51.38% de la población total de 2010. En función de la población total:
28.5 % menos de la pobreza de patrimonio que había en 1996.
La teoría de las capacidades y la formulación de la “trampa de la privación” constituyen ver-
tientes de análisis que demostraron ser de utilidad para la definición de conceptos integradores de
distintas dimensiones. Chambers (1983) apunta que la llamada “trampa de la privación” es utilizada
para referirse a un problema más amplio que la pobreza y presenta cinco conjuntos de factores
que se interrelacionan como una telaraña respecto de la cual resulta muy difícil escapar.
La pobreza se refiere a la insuficiencia de ingreso (flujos en dinero o en bienes) y de riqueza
(disponibilidad de activos) y es un fuerte determinante de los otros conjuntos (Jusidman y Salles,
1994: 89). La debilidad física se vincula con la falta de fuerza, desnutrición, salud deficiente, inca-
pacidad física y una alta tasa de dependencia del grupo de pertenencia, lo que frecuentemente se
asocia de forma directa con la pobreza. El aislamiento considera la lejanía física, la carencia de edu-
cación, la ignorancia y la falta de acceso a servicios e información. La vulnerabilidad se relaciona
con tensión interna y externa y el peligro de volverse más pobre y carente de todo, mientras que
la falta de poder significa la incapacidad y debilidad para enfrentar la explotación y las demandas
de los poderosos.
Estas capacidades cubren lo esencial para permitir a una persona ser miembro de una co-
munidad social, económica y política. Para lograr que toda persona sea capaz de realizar esas
actividades se requieren recursos tanto de ingreso privado, como de bienes y servicios públicos,
de activos físicos, así como de capital. Estas capacidades podrían traducirse en derechos en varios
ámbitos o en derechos de acceso (entitlements) a los recursos necesarios para adquirirlas.
Las tres primeras capacidades se relacionan con la salud y permiten asegurar que la perso-
na esté viva y sana para trabajar, pero también hace referencia al derecho a reproducirse. Estos
derechos exigen garantizar cierto nivel de salud y de nutrición y la libertad y autonomía frente a
presiones externas que buscan interferir en tales derechos. Para asegurar estas capacidades se
requeriría un acceso garantizado a un mínimo de servicios de salud, así como un conocimiento
de la función reproductiva tanto de los hombres como de las mujeres (De la Rosa, 1990: 234).
Universidad Autónoma de Chiapas