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LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO.
282 HISTORIA, CARACTERIZACIÓN Y PERSPECTIVAS
Inicialmente, debido a la inexistencia del AA en las razas ibéricas, se argumentó que su ha-
llazgo en América debía ser resultado de la importación directa de ganado africano, el cual habría
compartido las naves con los esclavos del noroeste de África que fueron traficados durante las
invasiones europeas (Magee et al., 2002; Miretti et al., 2002). Poco después, esta explicación pa-
reció innecesaria puesto que se describieron haplotipos AA en la raza española Retinta, lo cual es
congruente con la ascendencia mixta, africana y europea, de los bovinos ibéricos y, por lo tanto,
de los americanos (Miretti et al., 2004).
Al analizar la composición haplotípica de todas las poblaciones de Criollos, Lirón et al. (2006)
notaron que la distribución geográfica del haplogrupo AA es disyuntiva entre las ex colonias espa-
ñolas (Argentina, Bolivia y Colombia) y las ex colonias lusitanas, británicas o francesas (Brasil y An-
tillas Menores), encontrándose solamente en las segundas. Además, destacaron que los animales
de la raza Retinta portadores de haplotipos AA provienen de poblaciones brasileñas modernas,
las cuales posiblemente han tenido hibridación con los Criollos locales; es decir, los haplotipos AA
están presentes en individuos retintos como producto de introgresión o hibridación reciente en
el Continente Americano, y no por su ocurrencia en las poblaciones ibéricas ancestrales; por otra
parte, la frecuencia de la familia AA en Criollos brasileños y del Caribe es incluso mayor que la fre-
cuencia de la familia T1; finalmente, la diversidad haplotípica AA corresponde a cuatro haplotipos
en los criollos (AA1-4), mientras que en esa raza española corresponde solamente a uno, que es
asimismo el más frecuente en las poblaciones americanas (AA1).
En su revisión, estos autores rebautizan a la familia AA como T1a para diferenciarla de la T1
(la cual incluye a la secuencia consenso T1 más el resto de los haplotipos africanos encontrados en
Latinoamérica) y concluyen que, mientras los haplotipos T1a permanezcan ausentes en las razas
ibéricas, no se pueden descartar dos orígenes continentales de los criollos americanos (Lirón et
al., 2006). Es de subrayar que, aunque la presencia de esta familia haplotípica sólo ocurre en las
ex colonias de Portugal, Francia e Inglaterra, la singularidad de las poblaciones criollas de las ex
colonias españolas (Figura 8) sólo está validada por el estudio en tres países y que México, una de
las ex colonias más importantes, no había sido muestreado.
Universidad Autónoma de Chiapas