Page 180 - LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO
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LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO.
      180      HISTORIA, CARACTERIZACIÓN Y PERSPECTIVAS






               primeras sin mayor trascendencia, pero de las segundas, una vaca tuvo influencia en el desa-
               rrollo ulterior del hato; posteriormente se introdujeron pajillas de IA del orden de 20 toros de

               Turrialba, de los cuales tres fueron de origen Nicaragüense y uno Dominicano.



                    La investigación con datos de El Apuro y Centros Demostrativos FIRA
               Los primeros datos de la raza LT se obtuvieron del CAMPA y de dos centros demostrativos de los

               Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura del Banco de México (FIRA); los informes

               de resultados de las observaciones empíricas e investigaciones experimentales fueron publicados
               principalmente en la Revista Mexicana de Producción Animal de la AMPA, que vio su primer volu-
               men publicado en 1968.

                    En 1973 se importaron de Canadá vaquillas Jersey (J) y Canadiense (CA), con el fin de estu-

               diar el comportamiento de hembras jóvenes no adaptadas a las condiciones de trópico cálido y
               producir hembras híbridas. Se implantó un sistema de cruzamientos alternos entre la LT y estas
               razas desadaptadas, para obtener los beneficios potenciales de la heterosis, estabilizada en la quin-

               ta generación a 66%. Durante 1974, de nueve vacas originales centroamericanas inseminadas a

               un solo servicio con pajillas de tres toros del mismo origen, tres resultaron gestantes, sin embargo
               de las diez criollas oaxaqueñas inseminadas nueve quedaron gestantes. Con pajillas de toros de
               otras razas, 66.7% de todas las vacas criollas quedaron gestantes.

                    En ese año se obtuvieron las primeras crías de IA de toros criollos centroamericanos de

               Turrialba, Costa Rica, y se iniciaron cruzamientos con vacas J, CA y Suizo Pardo (SP), para
               comparar el comportamiento de los mestizos, a su vez que se desarrollaba una línea pura.
               El ganado estaba en pastoreo continuo, con suplementación con caña de azúcar en caso de

               requerirse durante la época de sequía (CAMPA, 1975). Para el siguiente año, se obtuvo 53%

               de gestaciones comprobadas a un servicio de IA de toros criollos en vacas de los diversos ge-
               notipos existentes (CAMPA, 1976).
                    Para 1977 se habían utilizado en México 17 toros originarios de Costa Rica y se inició por

               primera vez la selección de toros con base en su valor genético estimado (VGE) y su habilidad

               de transmisión estimada (HTE) a través de la producción de leche de sus progenitores maternos,






                             Universidad Autónoma de Chiapas
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