Page 330 - LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO
P. 330
LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO.
330 HISTORIA, CARACTERIZACIÓN Y PERSPECTIVAS
fue de 0.92; esto es evidente en el Criollo Poblano. Se obtuvieron valores altos en general, en la
Heterocigosidad Esperada y en los Criollos Mexicanos fue mayor a la de los Criollos Argentino,
Patagónico y Uruguayo reportados por Martínez y col. (2003). La alta Heterocigosidad también
puede ser indicativa de ausencia de selección y de un manejo abierto de las poblaciones.
El contenido de información polimórfica (PIC) es un parámetro indicador de la calidad de un
marcador en estudios de cartografía génica y depende del número de alelos y de sus frecuencias;
la información que aporta no es suficiente para basar en ella la elección de un marcador u otro
(Moazami-Goudarzi y col., 1994). Estos valores en general fueron más altos en las poblaciones
Criollas Mexicanas en promedio. La Heterocigosidad Esperada y el PIC en los microsatélites ge-
neralmente son altos debido a que son codominantes y multialélicos; para hacer estudios genéti-
cos se escogerían los microsatélites con el más alto valor de PIC.
Estadísticos F en los Criollos Mexicanos
Los estadísticos F están en función directa del equilibrio Hardy-Weinberg y son fundamentales en
la detección de la estructura de las poblaciones. El exceso o déficit de heterocigotos podría ser
entre individuos de la misma subpoblación (Fis), del individuo con el total de la población (Fit) o de
la subpoblación al total de la población (Fst). En otras palabras, esos estadísticos miden el grado de
relación de varios pares de genes. El valor de Fis calculado en las poblaciones de estudio concuer-
da con su historial. Dentro de los Criollos Mexicanos sólo el de Puebla presentó un Fis estadísti-
camente mayor a cero (P<0.05), este hecho se puede explicar, porque el Estado mexicano de
Puebla es uno de los más accidentados del país y aunque existen antecedentes de su cruzamiento
reciente con otras razas con el fin de aumentar su productividad (González Domínguez, 1989;
Fernández Haddad, 2003), no han llegado a las comunidades más apartadas, pues no se detectó
la mezcla de alguna otra de las razas estudiadas. En el caso del Criollo de Chihuahua, en un estu-
dio previo se detectaron subpoblaciones, aunque sólo uno de los cinco lugares de muestreo se
detectó una población diferente (Russell et al., 2000).
El valor de Fst obtenido entre de las poblaciones Criollas Mexicanas es bajo: 0.033, lo que
indica que existe poca diferenciación entre las poblaciones. Este resultado es interesante, puesto
Universidad Autónoma de Chiapas