Page 325 - LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO
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CARACTERIZACIÓN GENÉTICA DE LOS BOVINOS CRIOLLOS MEXICANOS
                                                   Y SU RELACIÓN CON OTRAS POBLACIONES BOVINAS                   325






           requieren 159 loci AFLP, para obtener aproximadamente la misma precisión para determinar la
           paternidad que seis marcadores microsatélites.

                El origen de este polimorfismo está aún bajo debate, aunque lo más probable es que se

           deben a deslizamientos de la polimerasa durante la replicación del ADN (Schlotterer & Tautz,
           1992). Se caracterizan por estar distribuidos por todo el genoma y ser muy abundantes; además,
           son muy polimórficos por lo que se utilizan ampliamente como marcadores genéticos. Fueron

           descritos por primera vez como marcadores de ADN polimórficos en 1989 (Tautz, 1989), y des-

           de entonces, han probado ser una herramienta excelente para hacer mapeo genético en varios
           organismos (Vaiman et al., 1995; Ashwell et al., 1996; Thieven et al., 1997; Solignac et al., 2004),
           estudios forenses (Huang et al., 2003), estudios genéticos de manejo y conservación de poblacio-

           nes (de Gortari et al., 1997; Canon et al., 2001; Dorji et al., 2003; Halbert et al., 2005). Estos

           marcadores en especies domésticas, se utilizan además para control de paternidad (Bredbacka
           & Koskinen, 1999; Baron et al., 2002; Radko et al., 2004), detectar poblaciones consanguíneas
           (Chikhi et al., 2004), estudios filogenéticos (Mommens et al., 1999), examinar el ligamiento entre

           la distribución geográfica y genética de las poblaciones (Manel et al., 2003) y asignación de indivi-

           duos a poblaciones (Maudet et al., 2002; Baudouin et al., 2004), entre otras.
                Dentro de las ventajas de usar los marcadores microsatélites está la estabilidad del ADN,
           lo que permite preservar muestras pequeñas de tejido, sangre o pelo para su almacenamiento.

           Además, debido a que los microsatélites son más pequeños que otros loci (de 100-300 pb vs 500-

           1500 pb) pueden amplificarse fácilmente con PCR incluso muestras muy degradadas (Taberlet et
           al., 1999). Cuando el ADN se degrada, se rompe en pequeños fragmentos y la posibilidad de
           amplificar microsatélites relativamente grandes disminuye. Por otra parte, como los microsatélites

           son específicos de especie, la contaminación cruzada es menos frecuente, comparada con téc-

           nicas en las que se utilizan cebadores universales como en los AFLP’s (Selkoe & Toonen, 2006).
           Las regiones que flanquean a los microsatélites pueden ser regiones altamente conservadas entre
           especies próximas, que permiten la amplificación cruzada de algunos microsatélites; sin embargo,

           la diversidad alélica generalmente decrece cuando los cebadores utilizados no son específicos de

           especie (Neff & Gross, 2001).






                                                                Universidad Autónoma de Chiapas
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