Page 108 - Salud y políticas públicas
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HILDA MARÍA JIMÉNEZ ACEVEDO 108 GLORIA GUADALUPE ANDRADE REYES a sus vidas y el sentido de pertenencia, de acuerdo a su cosmovisión del mundo; ajenos a la mo- dernidad, al consumismo voraz imperante. Para ellos, esos pequeños haberes les signifcaban todo. Los campesinos, en dicho ambiente rural, estaban inmersos en un espacio que los alber- gaba y del cual formaban parte integral. No se trata sólo del tejido de sueños y utopías; de sus casas construidas; sino del “espacio que los cobija, los une y los separa del campo, del mundo, del universo, en el fujo incesante de las cosas que caracterizan al mundo e incluso alcanzan una identifcación e intercambio de papeles” (Leiva, 2011). Ese lugar, confgurado de realidades y de sueños, es en donde viven; en él se emocionan, ha- blan, conversan, se reproducen y mueren. Está plagado de olores, sabores, sonidos, sensaciones, colores y creencias, que no son ni serán iguales en otro lugar ni para otros, puesto que conforman 4 la identidad, son la propia representación social ; es decir, que el individuo comprende e interpreta su realidad de manera distinta a otros, por ello la enfrenta y vive diferente; su construcción social y simbólica es producto del pensamiento social y de su sistema de creencias (Jodelet, 2000: 470). En los testimonios de los habitantes se expresa el entrecruzamiento del “lenguajear” y el “emocionar” que, según Maturama (1991), signifca: lo que vivimos lo traemos a la mano y con- fguramos en el conversar, y es en el conversar que somos humanos; sostiene, además, que los seres humanos tienen dos dimensiones: su anatomía (su estructura física), y sus relaciones con otros, su existencia como totalidad. Como entes biológicos existimos en la biología, donde sólo se da el vivir; pero todo lo espiritual, lo místico, los valores, la fama, la flosofía, la historia, perte- necen al ámbito de las relaciones en lo humano que es nuestro vivir en conversaciones: “…en el conversar construimos nuestra realidad con el otro”. Por su parte, Morín señala que “el humano es un ser plenamente biológico y plenamente cultural, que lleva en sí esta unidualidad originaria” (Morín, 1999: 38). Los seres humanos construyen su propio conocimiento como sujetos sociales, el cual se adquiere de las vivencias; en y del ambiente; de la información disponible y de las personas con 4 Las representaciones sociales nos aportan elementos para el anclaje de lo objetivo y lo subjetivo a partir de los hechos so- ciales. El pensamiento y la forma, en que actúan los grupos sociales e individuos en contextos concretos, son una forma de intervención social que se produce por la comunicación entre ellos; de las opiniones a partir de su acervo cultural, valores, códigos e ideologías que son determinados por su posición y pertenencia a un grupo social. (Jiménez y Gómez, 2012: 25). Universidad Autónoma de Chiapas