Page 111 - Salud y políticas públicas
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LA COMPLEJIDAD EN LA COMPRENSIÓN DE LA RECONSTRUCCIÓN DE LA VIDA DESPUÉS DE DESASTRES. EL CASO DE HABITANTES 111 DE JUAN DEL GRIJALVA, OSTUACÁN, CHIAPAS “Allá… disfrutaba mi rancho, el arroyo, el rocío de la mañana y el fresco de las tardes, también cuando salía a pescar y el gran espacio de mi casa… ¿cómo pudo pasar?”. Angelina Méndez Hernández, 52 años de Muspac. Este dolor surge porque cada cosa, objeto, emoción o sensación en la vida de las personas, representa un valor, y está cargado de un profundo simbolismo. Vale la pena reconsiderar lo que nos dice Moscovici, con respecto de las representaciones colectivas o individuales, en el sentido de hacer que el mundo sea lo que pensamos que es o que debe ser, puesto que “representar una cosa, un Estado, no es simplemente desdoblarlo, repetirlo, reproducirlo, es reconstruirlo, retocarlo, cambiarlo…” (Moscovicci, 1979: 39); de esta forma, las representaciones sociales son parte del proceso de construcción de la realidad, en un proceso creativo y autónomo, a partir de una interacción entre el sujeto y el objeto que se modifcan mutuamente (Jodelet, 2000). Por ejemplo, se observa que los afectados tienen una percepción sobre la pobreza, misma que se ha construido a partir de su propia visión y experiencia; siendo diferente de quienes calif- can a los pobres desde una mirada externa; esto se puede apreciar en el siguiente comentario, es la opinión de una sobreviviente, cuya casa fue de las tres o cuatro que quedaron en pie, y que se negó a ir a los campamentos y a vivir en la Nueva Ciudad Rural: “…yo acá me quedo porque nosotros no nos morimos de hambre… nadie se muere de hambre aquí, porque siempre hay comida… pobrecitos de ustedes en la ciudá, porque todo lo compran, pero cuando se quedan sin trabajo si se mueren de hambre… por ejemplo, yo si quiero comer pollo voy y lo llamo, lo agarro y lo cocino… si quiero comer pescado echo la caña, lo saco y lo como… si quiero cha- yote salgo y lo corto… si quiero fruta salgo y la corto… entonces, ¿quién se va a morir de hambre acá? …aquí el que se muere de hambre es el que no quiere trabajar. Estamos acostumbrados al trabajo” Yolanda Decle Vera, 65 años. Juan del Grijalva. También se destacan las frases: somos trabajadores, no nos morimos de hambre, ya que éstas denotan el pensar y el sentir de la mujer “autopoietica”, si cabe esta expresión acuñada por Matu- rama, quien la defne a partir del hecho de que “los seres vivos constantemente están producien- Universidad Autónoma de Chiapas