Page 290 - Salud y políticas públicas
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JUSTO ROJAS LÓPEZ 290 KARINA MARTÍNEZ HERNÁNDEZ Las mujeres y hombres en la gestión médica Por último, se analiza en este apartado la presencia e injerencia diferenciada de las mujeres y los hombres en la toma de decisiones de la salud, tanto en los órganos médicos y educativos de la medicina como en lo que respecta a los órganos públicos que dirigen la política nacional. Esto con el fn de identifcar qué tanto están presentes y tienen la oportunidad los géneros de intervenir en los procesos públicos que defnen el sentido, las formas y prioridades de la medicina. Por tanto, esta sección complementa a las anteriores al identifcar las distancias en la presencia de mujeres y hombres en la toma de decisiones públicas de la salud que afectan su enfoque, provisión y calidad. En este sentido, se inicia el análisis con la presencia de los géneros en la práctica médica, en éste se encuentra que, según la Encuesta Nacional de Ocupación, de los 259 mil médicos gene- rales y especialistas que existen en México, sólo el 35.9% son mujeres, es decir, poco más de uno de cada tres (Instituto Nacional de las Mujeres, 2012). Esto a pesar de que la matrícula de los institutos de educación superior con la licenciatura de medicina, desde el año 2000, han mostrado un comportamiento de estudiantes según sexo cercano a la paridad (ANUIES, 2004). Esto signi- fcaría una ruptura entre la enseñanza y la práctica de la medicina en las mujeres, lo cual puede deberse a los obstáculos típicos de las mujeres en el ámbito laboral que están relacionados con la sobrecarga que representa la maternidad, la doble jornada de trabajo o la discriminación laboral en la selección de personal, tal como lo señala para los dos primeros puntos la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo donde las mujeres ocupan hasta tres veces más de tiempo para actividades del hogar y cuidado de dependientes que los hombres (INEGI, 2009). En contraparte a la medicina, la enfermería tanto en la formación de recursos humanos como en la práctica está ampliamente dominada por mujeres, ya que de acuerdo con el INEGI (2004) sólo el 9.5% de los enfermeros son hombres. Esta situación tan contrastante entre las dos prác- ticas puede deberse a la continuación y refejo de los roles estereotipados por género en los que a las mujeres se les asignan tareas de cuidado y protección, en las cuales la enfermería cumple en mayor grado. Es decir, se continuaría relegando sistemáticamente a las mujeres a un espacio socialmente adecuado para su género. Universidad Autónoma de Chiapas