Page 54 - Salud y políticas públicas
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VICENTE CASTRO-CASTRO 54 MARÍA DE LOS ÁNGELES BARRIOS-RAMOS JOSÉ HIGINIO LÓPEZ-URBINA una acreción, lo cual es precisamente lo que experimentó la línea de costa de Tapachula, ya que de acuerdo con Mann y Lazier (1991) el sureste de México está dominada por aguas tropicales provenientes de la corriente de Costa Rica que va de sureste a noroeste. La tasa de erosión anual en PSB, de 1974 a 1995, puede ser considerada como muy alta, ya que alcanzó pérdidas de hasta -18.8 m/año, mientras que el promedio en Campeche y Tabasco ha sido de entre -7.0 a -8.0 m/año, con máximos de hasta -15 m/año (Ortiz-Pérez, 1992; Her- nández, Ortiz, Méndez y Gama, 2008; Bolongaro, Márquez, Torres y García, 2010). Si bien la erosión en PSB ha continuado hasta el año 2010, es evidente que la tasa de erosión disminuyó considerablemente de 1995 al 2010 (Tabla 1); sin embargo, las observaciones realizadas entre 2012-2013 (Fig. 5a y 5b), evidencian que la erosión continúa y amenaza infraestructura escolar, además de los daños evidenciados anteriormente en la infraestructura turística. Figura 5. Evidencia de daños en PSB. Se presenta el avance del mar hacia la barda de la escuela primaria Guadalupe Victoria. a= septiembre del 2012; b= julio del 2013. La fecha blanca indica la barda de la escuela. Así también hay que tomar en cuenta que existen áreas donde la “protección” (muro de pie- dra) ya ha sido removida o sepultada (Fig. 6a), lo que ha permitido que en eventos excepcionales de mar de fondo, el océano se adentre aproximadamente 100 metros a colonias de la comunidad (Fig. 6b). Universidad Autónoma de Chiapas
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