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30 LAS GENERACIONES DEL ATENEO DE CIENCIAS
Y ARTES DE CHIAPAS
ma de la autognosis de los mexicanos. En este sentido, con respecto a la generación del medio
siglo, dice: “Influidos aún por la prédica historicista de Gaos y a través de categorías de análisis
de las filosofías de moda (Fenomenología, Existencialismo) los jóvenes prolongan y culminan
el proceso de autognosis que había durado ya el largo trecho de 30 años”. 19
Aunque se habla de generaciones, los ejemplos concretos son los siguientes: Antonio
Caso y José Vasconcelos, con los Discursos a la Nación Mexicana (1922) y La Raza Cósmica
(1925), respectivamente, integrantes de la generación del centenario; Samuel Ramos, con El
perfil del hombre y la cultura en México (1934), integrante de Contemporáneos, mismos cuyas
fechas de nacimiento caen en el margen temporal de la llamada generación del 15; Leopoldo
Zea, con El positivismo en México (1943-1944) y Octavio Paz, con El laberinto de la soledad
(1959), ambos identificables en la generación del 29; y, por sólo hablar de uno, Emilio Uranga,
con Análisis del ser del Mexicano (1952), elemento de la generación del medio siglo.
Un tanto la crítica y otro poco la destrucción de este problema, el de la autognosis del
mexicano, llegó, en cierto sentido, con la generación del 68. Aunque publicado años después
del ensayo de Krauze, aquí también tenemos un ejemplo concreto: Roger Bartra, con La jaula
de la melancolía: Identidad y metamorfosis del mexicano (1989).
“¿Cuál fue la secuela del movimiento estudiantil del 68?”, se pregunta Krauze: “Un hecho
antes que nada: el ascenso de la primera generación de masas de nuestra historia”. 20
19 Ibid., pp. 146-147.
20 Ibid., p. 156.
Universidad Autónoma de Chiapas