Page 92 - ORNAMENTALES DEL TRÓPICO

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identificar correctamente una enfermedad, se deben buscar los signos del patógeno. El signo
del patógeno es la presencia misma del patógeno. En los hongos, uno puede ver a menudo el

crecimiento fúngico real.

Un ejemplo de estos signos es el micelio que invade directamente el tejido de la planta, el

mildeu o cenicilla polvorienta o vellosa, royas, esclerocios y las setas. Un micelio es una masa

de “hilos fúngicos”, el cual puede ser visto casi siempre alrededor de una lesión. El esclerocio

es un cuerpo pequeño, duro y es el estado en que permanece el hongo.

Los hongos pueden sobrevivir durante años en este estado. Si se sospecha de un hongo

como la causa de una enfermedad, pero no hay signos del hongo, se puede hacer una cámara

húmeda para su obtención. Esto es, un contenedor o un envase (por ejemplo un frasco de
café) dentro del cual se coloca una toalla de papel húmeda y sobre la toalla se pone un pedazo

del tejido enfermo. Después de un día o dos en la cámara húmeda, la presencia de micelio es

a menudo evidente si la enfermedad es causada por un hongo. Junto con los síntomas antes

mencionados para hongos, las infecciones bacteriana producen una consistencia acuosa alre-

dedor del área donde el patógeno entró. La superficie más delgada de la hoja posteriormente

adquirirá un aspecto grasiento oscuro. Este aspecto grasoso es más evidente en infecciones

foliares, pero a veces se puede ver en otros órganos de la planta. Aunque estos son buenos
indicadores de una enfermedad bacteriana, uno debe buscar nuevamente los signos del pa-

tógeno. Por lo general, el exudado bacteriano puede ser observado saliendo de una lesión,

especialmente en las horas de la mañana. Algunas enfermedades bacterianas tienen olores dis-

tintivos. Una prueba fácil para determinar si los síntomas de marchitez son causados por bac-

terias, es la llamada prueba de flujo bacteriano. Si las bacterias están presentes, producirán una

corriente turbia en unos pocos minutos. Esta corriente se compone de millones de bacterias.

Universidad Autónoma de Chiapas