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152 MARÍA VICTORIA ESPINOSA VILLATORO APOLINAR OLIVA VELAS mujer y reconoce la necesidad de su organización para integrarse en la vida política de la nación. En México, las estrategias se encaminaron a formar núcleos organizativos de mujeres, quienes se integraron y organizaron en cooperativas, o grupos asociativos, a fn de permitir la generación de proyectos productivos, en el que se requería la capacitación como parte sustancial para integrarlas al desarrollo. Con ello se lograría incrementar sus ingresos, mejorar las condiciones familiares y aumentar la productividad atendiendo a las políticas neoliberales (Fuentes y Nava, 2007, en Póntigo, 2007). La nueva tendencia del enfoque de género en el desarrollo trató de disminuir las diferencias y relaciones asimétricas entre los géneros a partir de una visión holística y de forma paralela en las relaciones de género que se establecen en el hogar, así como en las dimensiones económicas. Este enfoque cambia el término de “mujer” por el de “género”, es decir el análisis de las diferen- cias desde la visión biológica pasa al de la construcción social del género que se relaciona con otras categorías de análisis como clase y etnia, al tiempo de desafar la flosofía patriarcal y de aquellas instituciones y organismos públicos que perpetúan la discriminación y desigualdad social. Con ello se intenta lograr avances más sustanciales en las relaciones sociales y de género. En este orden de ideas, el enfoque de género en el desarrollo facilita reconocer las diferen- cias de posición social entre mujeres y hombres por formación socioeconómica, clase, etnia o edad, que condicionan acceso, uso y control de los benefcios y oportunidades en asuntos como participación política, ingresos, fnanciamiento, salud reproductiva y otros. Esta corriente de pensamiento ha pugnado por avanzar hacia el desarrollo y el empodera- miento para una mayor equidad en la distribución del poder entre hombres y mujeres, a fn de conseguir la igualdad sustantiva entre los sexos. Además de la búsqueda de enfoques alternativos como el desarrollo local para enfrentar las desigualdades territoriales y de exclusión que ha gene- rado la globalización, al pasar de un modelo de “arriba hacia abajo”, en el que el Estado era motor de la economía, al de las políticas “abajo hacia arriba”, con nuevos instrumentos y actores para el desarrollo regional y el nuevo orden territorial. Así este enfoque se propone disminuir la brecha de género al mirar a las mujeres como protagonistas en los procesos de desarrollo comunitario, con capacidad de agencia, emprendimiento Universidad Autónoma de Chiapas