Page 197 - Fútbol y globalización
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APUNTES SOBRE EL ESTUDIO DEL FÚTBOL
Y LAS MIGRACIONES 197
y a partir de la cual muchos continuaron sus carreras profesionales en el extranjero; la apertura
del fútbol español en 1973 y la centralidad que comenzó a tomar la figura de los promotores-
representantes en 1980.
Entre los elementos que el autor considera clave para explicar la continuidad de estas diná-
micas de migración laboral de futbolistas, se encuentran la dependencia del equilibrio financiero
de los clubes argentinos en la venta de jugadores y los cambios en los mercados y legislaciones
asociadas al fútbol, como la sentencia Bosman de 1995, que abrió el fútbol europeo a jugadores
con ascendencia nacional de alguno de los países incorporados a la Unión Europea . Al final del
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texto se revisan las ligas en las que, tomando como referencia el año 2010, participaban futbolis-
tas argentinos. Haciendo un recuento por continente, se refiere que en el continente americano
había 557 futbolistas argentinos jugando para equipos extranjeros, 994 en Europa, 43 en Asia y 8
en Oceanía, perspectiva que muestra la amplitud global que ha ido tomando el fútbol argentino
en el último siglo.
También es de destacar el trabajo de Carmen Rial (2008), no solo porque revisa las trayec-
torias laborales de futbolistas brasileños alrededor del mundo, sino porque emplea el método
etnográfico para aprender sobre la vida cotidiana de estos futbolistas, la cual entiende en relación
con el sistema de fútbol contemporáneo en el que participan. Este es concebido como un ensam-
blaje de varios campos (Bourdieu, 1987) que definen un star system, dentro del cual los futbolistas
brasileños cuentan con un amplio capital social, cultural y simbólico, que los hace atractivos para
los mercados.
Al interior de este sistema, el rodar de los futbolistas (concepto delineado por ellos para
referirse a la continua movilidad asociada a hacer del fútbol una profesión) es visto como una
migración especializada donde el principal referente, más que los países, son los clubes. Esta di-
námica laboral inicia con la migración interna a temprana edad, para jugar con el club de alguna
ciudad. El rodar es trazado como un proyecto familiar de las clases medias y populares en las que,
generalmente, son los hijos menores (los llamados caçulas) los que acceden al apoyo económi-
cos y social para dedicarse al fútbol. Cuando esta profesionalización los impulsa al extranjero, se
inicia un proceso de transmigración en el que los futbolistas mantienen vínculos culturales con
sus lugares de origen, construyendo casa para sus familias, invitando a amigos y familiares a vivir
con ellos en el extranjero, comiendo en restaurantes brasileños y asistiendo a cultos evangélicos
4 A propósito de la sentencia Bosman y sus implicaciones prácticas y discursivas, puede consultarse el trabajo de Sandra Gil
Araujo (2002; 2015).
Universidad Autónoma de Chiapas