Page 31 - Voces sobre el suicidio en el mundo indígena.
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CAPÍTULO I. PRINCIPIA EL CAMINO. CANTO I: EL EXTRAVÍO,
                                                       LA FALSA VÍA Y EL GUÍA SEGURO… EL VIAJE PAVOROSO           31







                 …es un hecho que la sociedad postmoderna acentúa la sensación de irrealidad, el desarraigo ideológico, la

                 fragilidad vincular, el sentimiento de soledad y el aislamiento emocional, factores todos ellos que favorecen

                 el fenómeno suicidario. Pero, si a esto añadimos el hecho de que el individuo postmoderno ha sufrido un

                 proceso de personalización caracterizado por la exaltación del yo y que tiene instrumentos a su alcance que

                 usar como plataforma para poder exhibir de forma inmediata sus actuaciones, tenemos el caldo de cultivo

                 perfecto para que proliferen los suicidios virtuales… En cierto modo, podría hablarse del surgimiento de un

                 nuevo tipo de suicidio, el suicidio «narcisista», puesto que, al fin y al cabo, no deja de ser el resultado final

                 de un espectáculo [capitalizado y plusvalorizado por la industria del poder capitalista ] (174).
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           11   Es muy curioso pero el mismo Carlos Marx, en sus escritos de joven hacia referencia al suicidio como un elemento más de la explotación
             burguesa lacerante a la clase trabajadora y a las mujeres. Se recomienda Sobre el suicidio: Karl Marx. “Estudio preliminar y notas de Nicolás
             González Varela” (2012):
                 Marx escribe el texto sobre el suicidio en la segunda mitad de 1845. Marx comienza su artículo sobre el suicidio con unas palabras de Peuchet en
             las cuales el suicidio debe ser considerado el symptôme de un vicio constitutivo de la sociedad moderna. Se subraya que la más grande proporción de
             los suicidios se deben principalmente a la misère, aunque es un fenómeno multiclasista. Los defectos son constitutivos a la forma en que se organiza
             la sociedad. Marx no sólo traduce, sino que lo hace muy libremente. Destaca en itálicas que el suicidio, como cualquier otra manifestación social,
             difiere mucho de una sociedad a otra: «Toutes les societés n’ont donc pas les mêmes produits». Cada sociedad produce sus propios monstruos. El
             suicido como tragedia de la vida íntima no es más que la medida y el síntoma de una lucha social, siempre flagrante, donde muchos combatientes se
             retiran cansados porque se saben siempre víctimas y porque se rebelan contra el sólo pensamiento de “prendre un grade au milieu des borreaux”.
             Marx toma cuatro casos detallados de los relatados por Peuchet. Tres son jóvenes mujeres; el otro un hombre ex-guardia real. Primer caso: es sus-
             citado por la presión familiar, tanto materna como paterna, por perder la virginidad. Ella se suicida ahogándose en el Sena. El segundo caso implica
             abuso conyugal, tiranía marital y etnicidad, una joven originaria de La Martinica que sufre los celos sin límites que la llevan a arrojarse al Sena. Marx
             compara el maltrato de su marido comparándolo con la esclavitud, protegida por el Code civil y los derechos de propiedad. El tercer caso trata de
             los derechos de aborto: una joven de dieciocho años queda preñada del tío de su marido y se presenta a un médico para que le quite el embarazo
             bajo el juramento que se matará. También se ahoga en el Sena. El caso masculino es un hombre de edad mediana, ex-soldado, que ha perdido su
             trabajo, no consigue ninguno y su familia entra en la habitual espiral de pobreza, exclusión y marginalidad. No soporta la carga moral. Se ahorca.
             Peuchet cierra su relato diciendo que la clasificación de las diversas causas de suicidio podría ser la clasificación misma de los vicios de una sociedad.
             Al final del artículo Marx reproduce unas tablas estadísticas que analizan los suicidios en el año 1824 en París y la Banlieue. Los números fríos dejan
             ver cómo los suicidios femeninos son los más comunes. En el futuro Marx volverá sobre el tema del género y la crítica radical a la familia burguesa,
             en la “Deutsche Ideologie”, hablando de la división del trabajo entre sexos como la forma más original y primitiva y, por supuesto, en el “Manifiesto
             Comunista”, donde llama, no sin razón, a la superación-abolición, la Aufhebung, de la familia bourgeois, agregando : “La familia burguesa existe
             sólo plenamente para la burguesía y encuentra su obligado complemento en la carencia forzosa de familia de parte de los proletarios y en la pros-
             titución pública… las declamaciones burguesas sobre la familia y la educación, sobre la intimidad de las relaciones entre padres e hijos, resultan
             tanto más repugnantes cuanto más la gran industria desgarra todos los lazos familiares para los proletarios y convierte a los hijos en simple objetos
             del comercio e instrumentos de trabajo… El burgués ve en su esposa simplemente un instrumento de producción. Y al oír que los instrumentos de
             producción deben ser explotados en común, no pueden por menos de pensar, naturalmente, que también a las mujeres les tocará la misma suerte.
             No entienden que de lo que precisamente se trata es de acabar con la posición de la mujer como simple instrumento de producción”.






                                                        Universidad Autónoma de Chiapas
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