Page 36 - Voces sobre el suicidio en el mundo indígena.
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VOCES SOBRE EL SUICIDIO EN EL MUNDO INDÍGENA.
36 DISTINTAS NARRATIVAS SOBRE EL FENÓMENO Y LA MUERTE
ahí probo por primera vez el aguamiel y le gustó mucho; en fin, todo estaba bien pero muy poco le duro
el gusto pues su madre llegó un día y discutió con su abuela y se regresaron a México.
Nuevamente al cuartucho de Coyoacán, a la mugre y a las mal pasadas, hasta que un buen día su madre
llegó con un hombre. Un hombre feo, mal encarado que le inspiró mucho miedo, recuerda que ese día lloró
mucho pero su madre le decía que era muy bueno y que las iba a querer mucho. Él trabajaba de albañil y
al principio realmente las trataba bien y, además, así su madre podía estar más tiempo con ellas.
En esa época el señor, que se llamaba Guillermo, sí les procuraba, les compraba la ropa, zapatos,
comida, en fin, parecía que todo iba a estar bien, pero un buen día llegaron parientes de Pachuca
que le propinaron una paliza tal, que tuvo que llevárselo una ambulancia. Discutieron mucho con su
madre y se las llevaron con ellos a Pachuca; ahí fue una época muy buena, se dedicaban a cuidar un
rebaño de ovejas, comían muy bien y había mucha fruta. Recuerda que se bañaban en el río y en la
comida había tortillas recién hechas, deliciosas.
Como a los cinco meses llegó el señor Guillermo con unos amigos, habló con su mamá y al poco rato ella la
agarró y nuevamente de regreso a México, pero ya sólo pasaron al cuartucho de Coyoacán a recoger unas
cosas y de ahí se fueron a un cerro de paracaidistas, un pedregal que ahora es la Colonia Ajusco. Ahí el
señor Guillermo las metió en una cueva, una cueva llena de alimañas ponzoñosas, con un pedazo techado
con láminas; dormían en el suelo, no había agua ni luz, se iluminaban con mecheros de petróleo, en fin,
un verdadero infierno. Pero su madre ya estaba embarazada y no tardó mucho en aliviarse llegando otra
mujercita, a la que pusieron por nombre Cecilia. Ya para entonces Guillermo se había hecho de un catre
en el que dormía su madre con ella, y a su hermana la acostaban en una caja de madera.
Ellos salían temprano a trabajar, su madre lavaba ropa ajena, él boleaba calzado, a Rosa la dejaban
a cuidar al bebe y a las dos las encargaban con la vecina de al lado, la cual les daba de comer pues
ellos ya llegaban tarde.
Universidad Autónoma de Chiapas