Page 37 - Voces sobre el suicidio en el mundo indígena.
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CAPÍTULO I. PRINCIPIA EL CAMINO. CANTO I: EL EXTRAVÍO,
                                                       LA FALSA VÍA Y EL GUÍA SEGURO… EL VIAJE PAVOROSO           37







                 Apenas cumplió los siete años y el señor Guillermo la puso a vender periódico en las calles de Bucareli hasta

                 San Juan de Letrán, de ahí a Tlalpan hasta casi llegar a Portales; hasta que llegó el momento que la levantó

                 la policía y le dijeron a sus padres que no debía andar en la calle vendiendo periódico puesto que la iban a

                 llevar a un internado. Así dejó de vender un par de días, para después volver a la calle para seguir vendiendo

                 y entonces se volvió a encontrar a la policía, y la levantó y se la llevó a un internado llamado “La Cascada”.

                 “La Cascada” era un internado muy parecido a un reclusorio, donde los dormitorios eran como barra-

                 cas y los baños en serie; después de bañarse todas juntas se formaban en un mostrador donde se iban

                 uniformando para después pasar al comedor y de ahí a estudiar. Pero no duró mucho tiempo pues su

                 madre logró sacarla para regresarla a la cueva del Ajusco.

                 La situación empeoró porque sus padres empezaron a beber. Su madre las ponía a pedir limosna y

                 comida en las casas, él ya no trabajaba y casi todos los días estaban los dos muy borrachos, cosa que

                 las niñas aprovechaban para irse con la vecina para que les diera de comer.

                 En una ocasión se robaron el dinero de la vecina y se llevaron a sus hijos a vender periódico, cosa que

                 les gano su repudio y ya no les dio más de comer, así que tuvieron que seguir trabajando su sustento

                 a como Dios les diera a entender, hasta que un día se encontró a una tía de nombre María, la cual

                 les dijo que se fueran con ella. Y así lo hicieron, pero por poco tiempo pues como Rosa Guadalupe era

                 muy rebelde no la soportó mucho tiempo y la devolvió con su madre, la cual le dijo que ya no podía

                 tener pues tenía que dedicarse a su marido.

                 Con lo cual, sus tíos hicieron los trámites necesarios para internarla en el “IMAN”, ahí se sentían a

                 gusto pues tenía una cama para dormir sola, comía bien y todo estaba en orden, excepto que conti-

                 nuaba con su rebeldía, así que al año la enviaron a otra casa en Guadalajara, en donde comenzó a

                 comprender su situación y decidió cambiar su actitud y solicitar bajo promesa de portarse bien que la

                 regresaran a México; cosa que sucedió ocho meses después.







                                                        Universidad Autónoma de Chiapas
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