Page 114 - Salud y políticas públicas
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HILDA MARÍA JIMÉNEZ ACEVEDO 114 GLORIA GUADALUPE ANDRADE REYES Se considera que cada grupo familiar llegó a los campamentos con una gran riqueza cultural de pensar y de hacer en el mundo; que al estar en un contexto diferente y con las otras familias compartiendo espacios, tiempos de trabajo y convivencia, los ha de haber enriquecido mucho. En el momento de vivir estos procesos, posiblemente no fueron reconocidos como aportes de los otros, empero los habrán de identifcar posteriormente. Como indica Morín: “Todo desarro- llo verdaderamente humano signifca desarrollo conjunto de las autonomías individuales, de las participaciones comunitarias y del sentido de pertenencia a la especie humana (Morín, 1999: 40). Las añoranzas a for de piel El hombre se reconstruye constantemente en el fuir de su vida cotidiana; en el estar con los “otros”, el pasado siempre está presente e incluso se magnifca en la memoria. Si además la situa- ción que se vive genera malestar, la añoranza surge espontáneamente, como se puede apreciar en los siguientes testimonios: “(…) en el pueblo teníamos todo, teníamos escuela, iglesia, casa de salud y, como el medio de transporte era el río, la mayoría tenía sus lanchas y sus motores” Yolanda Decle Vera. 65 años. Juan del Grijalva “(…) acá en la cabecera municipal hay mucho lugares donde toman alcohol, los jóvenes y los hombres ahora toman más (…) regresan tomados, hacen bulla, se pelean, molestan y no se puede dormir bien (…) además los bichos y ratas que hay muchos (…) mmm yo antes dormía bien tranquila, todo silencio” Ana Álvarez Hernández, 64 años, Juan del Grijalva. “(…) extraño mucho la tranquilidad del rancho (…) en el campamento hay mucho ruido y tam- bién extraño cocinar a mi gusto” Trinidad Trejo Méndez, 59 años de edad. “(…) entre las cosas que no nos gustan está el ruido, la música que a veces toda la noche está sonando y tanta bulla… molesta.” María de Jesús Hernández Vásquez. 54 años Universidad Autónoma de Chiapas