Page 275 - Salud y políticas públicas
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TENDENCIAS DE LOS INDICADORES DE SALUD Y GÉNERO EN MÉXICO. UN ANÁLISIS SOCIODEMOGRÁFICO 275 En cuanto a la salud, al menos respecto a los padecimientos, habría que rastrea la función del género en el cuerpo. Respecto a ello Bourdieu (2000) señala que la socialización diferenciada según sexo/género se inscribe en los cuerpos, moldeándolos de forma particular, marcándoles límites y posibilidades. Lo que plantea esta idea es que el disciplinamiento de los cuerpos, en este caso a una identidad genérica, produce hábitos diferenciados y diferenciadores que determinan una somatización de las relaciones de dominación. Por tanto, las relaciones sociales de poder encarnan en los cuerpos, las contiene, las expresa, las somatiza. En este sentido, el cuerpo es de- positario y reproductor de las relaciones diferenciadas y desiguales, por tanto dicha somatización de las relaciones sociales en el cuerpo y su disciplinamiento darían explicación a los hábitos de salud diferenciados por sexo que, a su vez, desencadenan diferentes ritmos e intensidades de las enfermedades en mujeres y hombres. Esto plantea la necesidad de explorar las características dominantes de lo femenino y lo mas- culino con la fnalidad de reconocer e identifcar su relación con los diferentes aspectos de salud según sexo, a continuación se esbozan algunas de sus ideas principales. La masculinidad, defnida como lo relativo a lo masculino, que más allá de estar asociado al hombre se vincula con ciertos valores físicos y morales atravesados por el poder, de acuerdo a Bonino (2002) siguiendo a Bleichmar se pueden ordenar en cuatro creencias matriz: la autosuf- ciencia prestigiosa, la heroicidad belicosa, el respeto a la jerarquía y la superioridad sobre las mu- jeres y la oposición a ellas. En el primer caso, a través de la autosuficiencia prestigiosa se adjudica a los hombres la independencia y el poder de dominio (de la realidad y de sí) al mismo tiempo se le asignan los valores y cualidades asociados con la individualidad y autonomía, la autoafrmación y autoconfanza, egocentrismo, autoglorifcación, la libertad, potencia, poderío, prestigio y tras- cendencia, actividad y producción, racionalidad y despersonalización, sabiduría y discernimiento, ambición, espíritu emprendedor y exitoso entre otros. Es decir, es a partir de esta creencia que se conforma un ideal masculino de uso del poder centrado en el individuo. Este elemento sustentaría entre otros aspectos la hipersexualidad masculina que tiene consecuencias en el uso de prácticas sexuales de riesgo y al mismo tiempo la tensión representada en estrés por conseguir el éxito. Universidad Autónoma de Chiapas
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