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CONSULTORÍA SOCIAL.
114 ALTERNATIVA PARA EL DESARROLLO PROFESIONAL EMERGENTE
valiosa información desde su primer día de trabajo de campo! al día siguiente se reunieron con
las madres de familia y expusieron el motivo de la visita. Don Mateo no consideró prudente
su presencia. “entre mujeres se entienden mejor”, les dijo.
Carolina, la representante del grupo de consultoras, les preguntó por qué no consumían
los productos de soya texturizada y en polvo que les entregaba el personal de salud. “huele feo”,
dijo una de las mujeres; “sabe a cartón”, dijo otra; “a mi niño le da diarrea esa cosa que dicen
que disque es leche”, contestó una tercera; “no nos gusta eso para comer”, habló la cuarta.
Luego les preguntó qué daban de comer a los niños destetados al nacer sus hermanos:
“Su pozol”, dijo una; “lo mismo que a toda la familia”, respondió una mujer mayor desde el
fondo del salón: “ya saben masticar, no están tan chiquitos, además así ha sido siempre.”
Carolina preguntó a esa señora si estaba segura de que comían lo mismo de antes, cuan-
do ella era pequeña. La mujer se adelantó y entusiasmada dijo:
“Bueno, igual, igual, no. Cuando yo crecí no había apoyo de gobierno, no teníamos dine-
ro para comprar sopas de pasta ni coca-cola, ni sabritas. Sembrábamos nuestras verduritas en
el patio, muchas hojitas comíamos entonces, camote y papa traíamos de la milpa, criábamos
hartas gallinas y guajolotes. Ahora la gente ya no siembra ni cría animalitos porque hay muchos
ladrones y de nada sirve trabajar para mantener haraganes, por eso hay menos producción de
comida. Los que roban son jóvenes de ésta y de otras comunidades, para comprar su celular
y tenis. Como nadie los castiga ya agarraron su maña.”
La reunión en la segunda comunidad transcurrió más o menos en los mismos términos,
agregando las mujeres al preguntarles Carolina porque ya no siembran verduras de traspatio
que no disponen de agua para uso doméstico en sus viviendas y deben acarrearla desde una
vertiente a dos kilómetros. En la tercera comunidad las mujeres se negaron a reunirse porque
el agente municipal les dijo que venían a “regañarlas” por no obedecer a los médicos.
Universidad Autónoma de Chiapas