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146 MARÍA VICTORIA ESPINOSA VILLATORO APOLINAR OLIVA VELAS Por otra parte, Ramos (2010) señala, desde una visión marxista, que la opresión de las muje- res es determinada por el surgimiento de la propiedad privada, el Estado, y la división de la esfera pública y privada, que se ve modifcada por la aparición de otras formas de desigualdad social asociada con los efectos de procesos de especialización del trabajo. En la década de los setenta, el sistema económico incorporó a las mujeres al trabajo industrial con mano de obra barata, pero de una manera invisibilizada. En el periodo del Estado Benefactor a las mujeres se les identifcaba, además de con el trabajo, con el rol reproductivo de maternidad y crianza de los hijos. Este periodo de condiciones inequitativas, es identifcado desde la corriente del feminismo como la “segunda ola”. Después de la férrea lucha por el voto femenino, comen- zaron a generarse estudios encaminados a romper los estereotipos sobre las funciones de las mu- jeres y abatir la discriminación que había dejado el modelo modernizador en donde las mujeres tenían poca oportunidad de gozar de un trabajo bien retribuido con limitadas oportunidades de ampliar sus capacidades y poca participación política (Boserup,1993). Como resultado de la crisis del modelo de crecimiento del régimen fordista, a fnales de la década de 1970, se impulsa un reordenamiento de estrategias y políticas públicas y sociales dando origen al paradigma globalizador que a la vez trajo consigo el modelo neoliberal, el cual agudizó aún más las desigualdades sociales y exclusión de las mujeres. Ello dio origen a movimientos fe- 4 ministas como fenómenos subversivos y hegemónicos en los que las mujeres se manifestaban contra las condiciones de subordinación, opresión y exclusión, mismos que se agudizaron en la década de los noventa del siglo XX al pugnar por la situación de invisibilización en la toma de decisiones. En su participación en la agenda política de México, también sobresalen los temas de violencia doméstica, abuso sexual y pobreza. De esta manera, desde el enfoque de género se comenzó a fomentar la participación de las mujeres en condiciones de igualdad en la vida política, civil, económica, social y cultural. Se impul- saron estrategias para mejorar las condiciones de vida de las mujeres como el enfoque “Mujeres y 4 Surge la necesidad de establecer mecanismos sociales a fn de romper las dinámicas excluyentes del sistema patriarcal, las mujeres comenzaron a movilizarse y organizarse primero para tratar de comprender los diversos problemas personales como la discriminación en el trabajo asalariado, entre otros., con ello construir un cuerpo teórico desde la vivencia personal (Torres, 2005). Universidad Autónoma de Chiapas