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162 MARÍA VICTORIA ESPINOSA VILLATORO APOLINAR OLIVA VELAS las mujeres empiezan a ser visibles, aunque los procesos políticos limitan el cambio para el desa- rrollo de sus comunidades. Sin embargo, es un claro ejemplo que el grado de estudio no es una limitante para que las mujeres ejerzan puestos de elección popular, pues las mujeres que fueron presidentas municipales apenas alcanzaron el grado de escolaridad de secundaria. El proceso electoral de 2015 en Chiapas estuvo marcado por una serie de irregularidades. Primero se impugnó por grupos de mujeres la integración de planillas para los ayuntamientos y candidaturas a diputaciones locales por no cubrir las cuotas de género, cuestión que ganaron, y los partidos políticos tuvieron que sustituir candidatos hombres por mujeres. Después del proceso de votación existe una duda fundamentada de que muchas mujeres ganaron pero la contabilización del voto las perjudicó ya que los primeros resultados preliminares del PREP daba ventaja a muchas mujeres para las presidencias municipales. Pero por alguna circunstancia el sistema dio un revés en los resultados ofciales que fueron cuestionados por la sociedad civil, misma que impugnó para transparentar el proceso y hacer valer la paridad de género. Ante ello, los esposos cedieron los espacios a sus esposas, u otra familiar mujer. Una vez reconocidas ante el Congreso como Pre- sidentas Municipales o diputadas, algunas desistieron para ceder el espacio a los hombres, otras solo fguran de nombre y quienes ejercen el poder en los municipios son los hombres o esposos (Repare, 2015). Por otra parte, mujeres indígenas que contendieron como presidentas municipales vivieron amenazas y violencia política, que ocasionó desequilibrios sociales y políticos en el interior de los municipios indígenas en donde habían ganado las mujeres, principalmente en los municipios de Oxchuc, Chenalho, entre otros donde no les han dejado tomar posesión de la investidura a pesar del fallo del Tribunal Federal Electoral y donde la violencia se ha enseñoreado con varios muertos entre 2015 y 2017. Hay fuertes evidencias de que en la entidad impera un sistema patriarcal y discriminato- rio, con grandes desventajas y obstáculos para las mujeres que quieren acceder a los cargos de elección popular. Actualmente, síndicas, regidoras propietarias y plurinominales no están desempeñando sus cargos tanto por los procesos de usos y costumbres, como por la forma de operar de la clase política local, que valida estos usos y costumbres que fngen acatar la ley. De Universidad Autónoma de Chiapas