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CONSULTORÍA SOCIAL.
172 ALTERNATIVA PARA EL DESARROLLO PROFESIONAL EMERGENTE
Durante la tarde se presenta en la casa el representante de la asociación ganadera local.
Comenta que hace tres años Joaquín le mencionó que deseaba vender el rancho e invertir el
dinero en un negocio para irse a vivir a la ciudad, pues todos sus hijos estaban creciendo y que-
rían estudiar. Hay una oferta de compra de una compañía grande que quiere instalar ganadería
intensiva y los pequeños propietarios están divididos. La compañía quiere comprar áreas com-
pactas, por lo cual deben ponerse de acuerdo. Belinda dice a su mamá que a ella no le gusta
la ciudad y no quiere se venda el rancho. Al día siguiente Micaela da a Joaquín el mensaje con
una invitación a una reunión. Preguntan a David qué opina y el muchacho coincide con Belinda.
Joaquín acude a la reunión de la asociación al día siguiente. Son unos 30 jefes de familia, ranche-
ros como él. Algunos heredaron los ranchos y otros los adquirieron cuando no había camino, por lo
que el costo de cada hectárea era barato. Cuando le piden a Joaquín exprese su decisión, quienes
quieren vender suponen que está de acuerdo con ellos. Grande es su sorpresa cuando le oyen decir:
No sé si ustedes están enterados de que mi hijo mayor enfermó gravemente en la
ciudad y que hace dos años regresó para recuperar su salud.
Ese hecho nos ha cambiado la forma de ver la vida a mi familia y a mí. Antes creía que
la vida en la ciudad era mejor que aquí, ya no pienso así.
Tenemos buena tierra, agua y aire limpio, paz y tranquilidad, todos nos conocemos
y, aunque no nos visitemos, nos respetamos y confiamos unos en otros. Mis hijos,
mi esposa y yo no queremos irnos, no queremos vender. He sembrado árboles que
darán frutos en tres años. Mi hijo Samuel dice que podemos invertir en un pequeño
cuarto frío para conservar la fruta y vender cada una en su temporada. Además,
no creo que el agua disponible sea suficiente para los modernos establos que la
compañía quiere instalar. Se van a contaminar las fuentes y los que se queden ya no
la van a pasar nada bien.
Este tiempo de recuperación de la salud de mi hijo me sirvió para comprender que
la felicidad está en las cosas pequeñas y no en los lujos ni en los bienes materiales.
Disculpen ustedes si antes dije que podría vender el rancho, cambié de opinión.
Universidad Autónoma de Chiapas