Page 93 - CONSULTORÍA SOCIAL
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CAPITULO 4: CAMPOS DE APLICACIÓN
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           la definición de problemática, prioridades y estrategias desde las instancias burocráticas “en favor
           del desarrollo”, es decir, externas a la población “afectada”. La diferencia de intervención parece

           cosa menor pero no lo es, es muy profunda porque desde el proceso de análisis se construye

           la posibilidad de generarlas soluciones “desde adentro”, con compromisos y esfuerzo del grupo,

           aunque con la presencia de aliados que contribuyan a facilitarla e incluso patrocinarla.

                Las técnicas participativas deben aplicarse con seriedad y convicción, con actitud de escu-

           cha atenta y seguimiento de las lógicas y simbológicas que entrañan y legitiman el paradigma

           cultural desde el cual son emitidas.

                Por otro lado, los problemas definidos desde cosmovisiones de pertenencia a un terri-

           torio pueden generar conceptos que involucran a las comunidades, a lo cual en términos de
           consultoría social se le puede considerar “un garbanzo de libra”, tesoro que dará el más pro-

           fundo significado a todas las acciones.

                Obviamente los consultores pueden trivializar la etapa de autodiagnóstico, cuando están

           convencidos de que las soluciones son primordialmente políticas y técnicas y mantienen la

           visión de la gente pasiva o a lo más reactiva y enojada.

                Aunque la etapa de enojo inicialmente permite que el proceso avance, es completamente

           insuficiente. El acompañamiento en consultoría social va más allá, se trata de generar capacidades
           estratégicas en el grupo que permitan no sólo el empoderamiento sino la transformación de las

           personas en el proceso, el aprendizaje colectivo, la autosuficiencia, no la dependencia del consultor.

                En una sesión de autodiagnóstico “es normal” que la primera etapa sea de enojo o impo-

           tencia y desesperación debido a la frustración o la injusticia. Se plasmarán estas emociones en

           los documentos y es legítimo mantenerlas como argumento y antecedente. Sin embargo, el

           consultor debe llevar la reflexión a otro nivel, para que los participantes visualicen un camino

           y muestren suficiente compromiso para recorrerlo aún a sabiendas de que habrá obstáculos.








                                                        Universidad Autónoma de Chiapas
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