Page 174 - Fútbol y globalización
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FÚTBOL Y GLOBALIZACIÓN
      174                     MEDIOS, MERCADOS E INCLUSIONES






                    Dentro de esa connotación de náusea son posibles formas de convivencia como la fiesta, el
               relajo, la bulla, el echar desmadre, el disfrute de esta forma de pertenencia; en ese plantearse in-
               aceptables, desde ese hacerse chocantes a la sociedad ordenada al que se acogen, se hacen reales
               relaciones de amistad y de confianza. Es una comunidad que respira por ciclos, que se concreta

               cuando hay juego de local o de visita. Sin temporada, sin liga, incluso sin juego, el barrista vive esa
               otra vida cotidiana de deseos y responsabilidades, donde es esposo, trabajador, familiar, estudian-
               te, joven con gustos musicales, deportivos y de ocio, etcétera. Otra resulta la vida formada de
               responsabilidades insoslayables, como pueden ser las alternativas de pertenencia a agregaciones

               varias, desde la familia hasta las demás posibles en la vida social.
                    El partido se ganó. Durante el juego la barra estuvo apoyando no tan efusivamente; de he-
               cho, no todos los barristas reconocidos apoyan tan expresivamente como se piensa que lo hacen
               todos los barristas; hay unos más bien concentrados que hablan poco aunque se los considera

               igual de auténticos como el que más; quizá son los jóvenes quienes más desarrollan actuaciones
               modelo del aguante, pero no son los únicos; aunque tal vez sean quienes más deben demostrar
               su calidad de apoyador extremo.



                   REGRESO MÁS BIEN ATEMPERADO. EL CUERPO SE AGOTA, LA BARRA
                   SE CANSA


                    En esta ocasión, la preocupación por la pelea previa al juego marcó el estado de ánimo del
               día; cierta incertidumbre y desánimo pareció privar antes de entrar al estadio y después de salir.
               El regreso, ya de madrugada, intentó, pero no logró, ser energético. Aunque de nuevo se hizo

               parada de aprovisionamiento, el cansancio y los efectos de las cervezas diluyó el ambiente de
               fiesta con el que partimos. En las paradas de Las Trancas, Xalapa y Coatepec se bajaron varios
               aficionados, quienes caminaron en el silencio de la noche y en calles vacías, ya sin posibilidades de
               calificar a la liguilla del torneo nacional; los barristas comenzaron a generar el escenario futuro, el

               de la otra campaña, cuando habrá que seguir apoyando y en la que se espera que el equipo no
               descienda a la categoría inmediata inferior; por su parte, la barra seguirá apoyando en el estadio
               local y en los de visita cuando sea posible. Sería un desastre el descenso de los Tiburones Rojos
               de Veracruz, quien sabe si la barra sobreviva ante un escenario así. Ocho horas después, la barra

               se desintegra; ya volverá a ser en el juego siguiente.







                            Universidad Autónoma de Chiapas
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