Page 232 - BORGES INTERACTIVO
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               fácil encontrarlo, no se presta a una clasificación. No es como el caballo o el toro, el lobo o el
               ciervo. En tales condiciones, podríamos estar frente al unicornio y no sabríamos con seguridad

               que lo es. Sabemos que tal animal con crin es caballo y que tal animal con cuernos es toro. No

               sabemos cómo es el unicornio”. 1
                                                 I
                       El tercer texto procede de una fuente más previsible; los escritos de Kierkegaard. La

               finalidad mental de ambos escritores es cosa de nadie ignorada; lo que no se ha destacado

               aún, que yo sepa, es el hecho de que Kierkegaard, como Kafka, abundó en parábolas religio-

               sas de tema contemporáneo y burgués. Lowrie, en su Kierkegaard (Oxford University Press,

               1938), transcribe dos. Una es la historia de un falsificador que revisa, vigilado incesantemente,

               los billetes del Banco de Inglaterra; Dios, de igual modo, desconfiaría de Kierkegaard y le ha-
               bría encomendado una misión, justamente por haber avezado al mal. El sujeto de otra son las

               expedientes al Polo Norte. Los párrocos habrían declarado desde los púlpitos que participar

               en tales expediciones conviene a la salud eterna del alma. Habrían admitido, sin embargo, que

               llegar al Polo es difícil y tal vez imposible y que no todos pueden acometer la aventura. Final-

               mente, anunciarían, que cualquier viaje —de Dinamarca a Londres, digamos en el vapor de la

               carrera—, o un paseo dominical en coche de plaza, son, bien mirados, verdaderas expedicio-

               nes al Polo Norte, La cuarta de las prefiguraciones la hallé en el poema “Fears and Scruples”
               de Browning, publicado en 1876. Un hombre tiene, o cree tener, un amigo famoso. Nunca lo

               ha visto y el hecho es que éste no ha podido, hasta el día de hoy, ayudarlo, pero se cuentan

               rasgos suyos muy nobles, y circulan cartas auténticas. Hay quien pone en duda los rasgos, y

               los grafólogos afirman la apocrifidad de las cartas. El hombre, en el último verso, pregunta: “¿Y

               si este amigo fuera Dios?”.

               I. El desconocimiento del animal sagrado y su muerte oprobiosa o casual a manos del vulgo son temas tradicionales de la litera-
               tura china. Véase el último capítulo de Psychologie und Alchemie (Zürich, 1914), de Jung, que encierra dos curiosas ilustraciones.










                             Universidad Autónoma de Chiapas
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