Page 466 - BORGES INTERACTIVO
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466 BORGES INTERACTIVO
—Justamente, de eso hablo, de esa prolijidad, de...
—Yo, el otro día, estuve dictándole algo y usted habrá visto cómo me demoro en cada verbo,
cada adjetivo, cada palabra. Y, además, en el ritmo, en la cadencia, que para mí es lo esencial
de la poesía.
—En ese caso, usted sí se acuerda del lector.
—Sí, creo que sí (ríe).
—Bien, entonces yo —repito— advierto ese orden en sus poemas, en sus cuentos, en su con-
versación.
—Bueno, muchas gracias.
—Hoy quisiera hablar con usted sobre aquello que me ha parecido su mayor preocupación: me
refiero al tiempo. Usted ha dicho que la palabra eternidad es inconcebible.
—Es una ambición del hombre, yo creo: la idea de vivir fuera del tiempo. Pero no sé si es
posible, aunque dos veces en mi vida yo me he sentido fuera del tiempo. Pero puede haber
sido una ilusión mía: dos veces en mi larga vida me he sentido fuera del tiempo, es decir, eter-
no. Claro que no sé cuánto tiempo duró esa experiencia porque estaba fuera del tiempo. No
puedo comunicarla tampoco, fue algo muy hermoso.
—Sí, no es concebible la eternidad; así como, quizá, hablamos del infinito pero no es concebible
por nosotros, aunque sí podemos concebir lo inmenso...
Universidad Autónoma de Chiapas