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DIAGNÓSTICO Y VALORACIÓN ECONÓMICA
       46     DEL TURISMO ALTERNATIVO EN LOS PRISMAS BASÁLTICOS






                    Transitivas
                                                                                    z z
                                               z z
                                                                          ( , ) (, )x x ≥
                              yy y yy ≥
                    ( , ) (, ) (, ) ( , )x x ≥
                                                                   , suponemos que                           . En otras palabras, si el
                                  2
                               1
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               consumidor piensa que la canasta X es al menos tan buena como la Y y que la Y es al menos tan
               buena como la Z, piensa que la X es al menos tan buena como la Z.
                    Las preferencias (Varian, 2005) que satisfagan los tres axiomas descritos antes, además de
               algunos supuestos más técnicos, resultará útil describirlas gráficamente mediante curvas de indi-
               ferencia.
                    3.1.3 La Preferencia y la Utilidad
               El análisis de la conducta del consumidor se facilita grandemente por el empleo de una función
               de utilidad que asigne un valor numérico o un nivel de utilidad a los conjuntos de bienes. Quizá
               resulte difícil aceptar la idea de que el fenómeno, altamente subjetivo, de la preferencia del con-
               sumidor, que depende obviamente de la conformación fisiológica y psicológica de cada persona,
               pueda cuantificarse así. Sin embargo, para la mayoría de nuestros propósitos no tienen ninguna

               importancia  en sí mismos los valores numéricos particulares asignados a los conjuntos de bienes.

               Sólo se pide a la función de utilidad que refleje los mismos ordenamientos que el consumidor
               asigna a los conjuntos de bienes alternativos (Ferguson, 1982).
                    Por ejemplo, si el consumidor prefiere el conjunto A al conjunto B, la función de utilidad

               debe asignar un valor numérico mayor al conjunto A que al conjunto B, pero los valores numéri-

               cos mismos así asignados carecen de importancia. De igual modo, si el consumidor es indiferente
               entre el conjunto A y el conjunto B, la función de utilidad debe asignar el mismo valor numérico
               a cada conjunto, pero el valor particular así asignado carece de importancia. En suma, sólo se

               requiere que la función de utilidad facilite una medición ordinal no cardinal, de la utilidad propor-

               cionada por los conjuntos de bienes (Gould y Lazear, 2002).


                    La superficie de Utilidad

                    Una vez aceptado (Ferguson, 1982) que sólo las propiedades ordinales de la función de la
               utilidad son importantes para nuestros fines, no hay ningún peligro en considerar una función de







                             Universidad Autónoma de Chiapas
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