Page 323 - LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO
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CARACTERIZACIÓN GENÉTICA DE LOS BOVINOS CRIOLLOS MEXICANOS
                                                   Y SU RELACIÓN CON OTRAS POBLACIONES BOVINAS                   323






           la Heterocigosidad esperada, también denominada índice de diversidad genética; determinar las
           distancias genéticas entre poblaciones o entre individuos; y detectar la estructura de la pobla-

           ción. Inicialmente se utilizaron los polimorfismos bioquímicas como marcadores; dentro de los

           más destacados están los polimorfismos de proteínas que frecuentemente se encuentran en el
           citoplasma celular, como las enzimas que a pesar de catalizar un sustrato único presentan formas
           alternativas que difieren en su composición aminoacídica a causa de mutaciones no sinónimas en

           el ADN. La presencia de formas alternativas de una misma enzima (isoenzimas) se puede detec-

           tar en electroforesis como polimorfismos codominantes. Se han realizado trabajos para detectar
           hibridación de Bos taurus y Bos indicus (Ceriotti et al., 2003; Ibeagha-Awemu & Erhardt, 2005).
           Un uso muy importante de las proteínas es su uso como marcadores genéticos de características

           de importancia económica, como la κ-caseína y la β-lactoglobulina (Bovenhuis et al., 1992)

                Los marcadores moleculares se han empleado en trabajos muy diversos como en la ca-
           racterización racial estableciendo relaciones entre diversas razas bovinas (Machugh et al., 1994;
           Moazami-Goudarzi et al., 1994; Moazami-Goudarzi et al., 1997; MacHugh et al., 1998; Canon

           et al., 2001; Jordana et al., 2003; Freeman et al., 2006). Además se han utilizado para detectar

           situaciones de “cuello de botella” (Ramey et al., 2000; Spencer et al., 2000), consanguinidad (Pa-
           riset et al., 2003; Chikhi et al., 2004), migración (Hanotte et al., 2002; Wilson & Rannala, 2003),
           filogenia (Pepin et al., 1995; MacHugh et al., 1997; Mommens et al., 1999; Ritz et al., 2000),

           hibridación entre poblaciones (Kumar et al., 2003; Freeman et al., 2004; Freeman et al., 2006) o,

           tamaño efectivo de las poblaciones (Hayes et al., 2003).
                También los marcadores moleculares han resultado muy útiles en la selección asistida por
           marcadores y la generación de mapas cromosómicos (Zhang et al., 2004; Schnabel et al., 2005;

           Snelling et al., 2005). En los esquemas de selección son de gran ayuda en los análisis de paternidad

           y parentesco (GlowatzkiMullis et al., 1996; Vankan & Faddy, 1999; Weller et al., 2004; Werner et
           al., 2004), recientemente en la fiscalización de la trazabilidad de los productos animales (Sancris-
           tobal-Gaudy et al., 2000; Vazquez et al., 2004; Shackell et al., 2005). Como herramientas para

           seleccionar poblaciones que deben ser conservadas también son de gran utilidad (Gandini et al.,

           2004; Rendo et al., 2004; Hanotte & Jianlin, 2005; Singh et al., 2014). En algunos casos forenses






                                                                Universidad Autónoma de Chiapas
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