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LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO.
318 HISTORIA, CARACTERIZACIÓN Y PERSPECTIVAS
que en tan sólo cuatro décadas sustituyó y prácticamente erradicó al ganado introducido por los
españoles (Bos taurus) y que por cerca de cuatro siglos fue criado y naturalizado en las zonas del
trópico cálido-húmedo veracruzano (Guevara & Lira-Noriega, 2004).
En Chihuahua el cambio del tipo de ganado ocurrió en 1883. En esta fecha Félix Francisco
Maceyra, ganadero de Chihuahua y en ese momento gobernador del estado, introdujo el ganado
Cebú (Bos indicus), traído de Nueva Orleans. Sin embargo debido a lo apartado de los estados
norteños, el registro de la introducción de Cebú a México es de toros de Brasil llevados en 1884
al trópico húmedo. En el Bolsón de Mapimí, en pleno desierto chihuahuense después de la intro-
ducción del ganado se detecta la existencia de ganado bovino montaraz en la zona sureste de la
región. De 1930 a 1945, hubo otras importaciones hasta que en 1945 la fiebre aftosa restringió
las importaciones desde países que tuvieran esta enfermedad (Ramírez N. & Berruecos V., 1995).
El inventario ganadero cayó en forma estrepitosa durante el periodo revolucionario, y poste-
rior a esto la actividad mejoró lentamente, hasta que en 1926 se detecta un brote de fiebre aftosa
y hubo un embargo ganadero por parte de los Estados Unidos. Se sacrificaron 1,200 animales y
se declaró al país libre de la enfermedad. Se firmó un acuerdo con los Estados Unidos en 1928
para evitar las importaciones de ganado de países con aftosa. En 1946 se importaron 327 cabezas
de ganado Cebú, las cuales fueron puestas en cuarentena sin mostrar signos de la enfermedad;
sin embargo, en la zona de Boca del Río, Veracruz, se reportaron los primeros 300 casos por
lo que se declaró oficialmente a México como país con aftosa. En 1947 estaba en 16 estados de
la República y en el Distrito Federal; se trató de controlar sacrificando a los animales enfermos,
con ayuda de una vacuna y fue posible detener la epizootia en 1954. El costo de la campaña fue
altísimo, además de la matanza de más de 1’000,000 de cabezas y con la consecuente pérdida de
líneas genéticas (Ramírez N. & Berruecos V., 1995).
Resumiendo, el ganado arribó inicialmente a las tierras bajas del Golfo de México y al altiplano
central en los alrededores de la Ciudad de México. Más tarde llegó al Bajío, al altiplano del norte
y a la costa del Pacífico. La población de bovinos Criollos Mexicanos es la única cuando el ganado
vacuno es introducido a México en el siglo XVI y se ve amenazada cuando las razas originales son
substituidas por las razas de ganado Cebú traídas a fines del siglo XIX. Desde ese entonces y hasta
Universidad Autónoma de Chiapas