Page 41 - UN ANÁLISIS CRITICO
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UNA NUEVA POLÍTICA FISCAL PARA MÉXICO.
                                                             BRUNO SOVILLA                                        41






                En el segundo escenario el programa se hace más ambicioso, con un salario mínimo igual al
           que propone Mancera (171$ al día), con el empleo garantizado 6 días a la semana por 300 días

           de trabajo al año. El costo total resultaría del 0.46% del PIB. En el tercero, a las condiciones an-

           teriores, consideramos que entrarían al programa también los ocupados que actualmente tienen

           un ingreso entre uno y dos salarios mínimos, y el costo total subiría al 0.67% del PIB nacional. Es

           evidente que el costo del programa es fácilmente asumible por las finanzas centrales.

                Entre las críticas al programa señalamos la de López Gallardo (2000). Según este autor,

           esta maniobra como cualquier política expansiva por el lado de la demanda, crearía un mayor

           déficit del sector exterior, a través de un aumento de las importaciones. Para el caso de México

           la objeción nos parece relevante, dados los problemas de déficit en cuenta corriente y el alto
           valor de la propensión a importar. Sin embargo, consideramos que los trabajadores pobres,

           que se benefician del incremento salarial, no deben tener una alta propensión a importar y

           además que esta puede ser fácilmente controlada, por ejemplo pagando una parte del salario

           de los trabajadores ELR en vales que se puedan gastar sólo en tiendas estatales que se abran

           precisamente para satisfacer esta nueva demanda de bienes de consumo.



                LA RECENTRALIZACIÓN NECESARIA


           La variación en la política fiscal que proponemos obliga también a una reflexión sobre el intento

           de descentralizar la administración del gasto público que empezó en los años 90. El cambio
           en las relaciones fiscales intergubernamentales que empezó con la Ley de Coordinación Fiscal

           (1980) y que sufrió una aceleración en la administración de Zedillo (1994-2000) pretendía crear

           un sistema federal, a partir de una distribución territorial muy desigual de la riqueza. El sistema se

           mantuvo centralizado por el lado de la recaudación tributaria, porque los niveles de pobreza en

           algunos estados no permiten una recaudación local suficiente para financiar los niveles de gasto








                                                              Universidad Autónoma de Chiapas
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