Page 75 - CONSULTORÍA SOCIAL
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CAPÍTULO 3: LAS FASES DEL PROCESO
Y EL PROYECTO DE CONSULTORÍA 75
Tanto el objetivo general como los específicos o intermedios serán cuidadosamente redactados
con la participación del grupo, pues para lograrlos se requiere compromiso de todas las partes.
Es importante distinguir con claridad entre objetivos y metas, no es lo mismo.
Ejemplo:
En una institución gubernamental se diseña un programa que pretende como objetivo
reducir los niveles de desnutrición infantil.
Para ello se integra un paquete de alimentos nutritivos que será distribuido entre mujeres
de las comunidades pobres, incluyendo un lote de productos sustitutos y alternativos enrique-
cidos con proteínas, como soya, amaranto y ajonjolí en forma de atoles, fibra seca y hojuelas.
El programa se propone como meta: entregar 100 mil lotes de alimentos a los que se
pone el nombre “Cero hambre”.
Mediante su personal operativo la institución recorre las comunidades entregando los
productos mencionados. Las mujeres que reciben su paquete firman o ponen su huella digital
y como evidencia entregan copia fotostática de su CURP y su credencial del INE.
A los cinco meses la institución a nivel central recibe los informes de que ya fueron
entregados todos los paquetes.
¿Se cumplió la meta?, ¿se cumplió el objetivo?, ¿cuál es la diferencia entonces entre
objetivos y metas?
Las preguntas que se deben responder puntualmente en un buen plan son:
¿Qué vamos a hacer?, ¿por qué?, ¿para qué?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿con qué?, ¿quiénes?
Las primeras tres preguntas –qué, porqué y para qué– son muy importantes porque
definen los objetivos y los propósitos. Vale la pena invertir el tiempo necesario para que queden
claros a todos y se comprometan, de eso depende en gran parte el éxito de los proyectos.
A veces en estas interrogantes quedan incluidas la visión y la misión; en cambio, cuando una
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