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FÚTBOL Y GLOBALIZACIÓN
      144                     MEDIOS, MERCADOS E INCLUSIONES






                       ocio, es la relajación que permite liberar a las personas de esas tensiones. Tomada como
                       un enunciado científico, esta clase de razonamiento: la idea de que las actividades recrea-
                       tivas han de considerarse como secundarias al trabajo es, cuando menos, una hipótesis

                       que exige ser revisada. En lugar de aceptar ciegamente las convencionales hipótesis encar-
                       nadas en la lengua de todos los días, es mucho mejor sin duda alguna empezar de cero y

                       decirnos a nosotros mismos: “He aquí un problema a resolver”. No es necesario aceptar
                       el tradicional argumento de que la función de las actividades recreativas es hacer que la
                       gente trabaje mejor, ni siquiera la idea de que el objetivo del ocio esté solo en función del

                       trabajo.

                    •  Probablemente sea un síntoma del mismo esquema tradicional de valores el hecho de
                       que, pese al papel cada vez más importante de las actividades recreativas en la vida de las
                       personas en sociedades como la nuestra, el ocio continúe siendo un área relativamente

                       descuidada por la investigación sociológica. Otro ejemplo más de estas connotaciones
                       evaluadoras puede hallarse en las declaraciones que insisten en que el ocio es “irreal”,

                       “fantasía” o simplemente una “pérdida de tiempo” e implican que solo el trabajo es “real”.

                    •  Finalmente, la tendencia a explicar las actividades recreativas por su función en tanto que
                       medios para proveer a las personas de una “relajación de la tensión” o “recuperación de las

                       tensiones laborales” es indicativa de un supuesto bastante difundido en los escritos socioló-
                       gico-modernos: que las tensiones han de evaluarse como algo negativo. No son percibidas
                       primariamente como hechos a investigar sino como algo de lo que “hay que librarse”. Así,

                       los estudios que abordan el ocio antes que nada como un modo de quitarse de encima
                       las tensiones suelen tomar el camino equivocado; las evaluaciones a priori de sus autores
                       ocupan el lugar de una verdadera investigación de las funciones. Si las tensiones se evalúan

                       pura y simplemente como alteraciones de las cuales los seres humanos tratan de librarse,
                       ¿por qué en su tiempo de ocio buscan con insistencia cómo acrecentarlas? En lugar de con-
                       denar las tensiones como un perjuicio, ¿no deberíamos intentar distinguir más claramente

                       entre las tensiones sentidas como agradables y las que son desagradables?

                    Ello explica de alguna forma el por qué el deporte, su narrativa, está identificado como uno
               de los fenómenos más reconocidos y populares de nuestro tiempo. Allí residen, se producen y






                            Universidad Autónoma de Chiapas
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