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FÚTBOL Y GLOBALIZACIÓN
224 MEDIOS, MERCADOS E INCLUSIONES

serie de perfiles visuales y táctiles del modo “si-entonces” (Wenn-So); sin embargo, en muchas cir-
cunstancias la secuencia de sensaciones cinestésicas elude el control voluntario, en efecto, existen
movimientos corporales que no dependen del todo de nuestra actividad reflexiva o mediática,
pues actúan de forma “espontánea” y sin mediación de la actividad del yo; por ejemplo, cuando

nos hallamos en una situación de peligro la reacción de nuestro cuerpo es inmediata y sin pre-
meditaciones; los movimientos cinestésicos se dirigen a la búsqueda de evitar el peligro.
Una posible subdivisión de los esquemas corporales tendría que ver con el movimiento ocu-
lar. Aunque contribuye a la modificación de la percepción de los objetos no constituye la profun-

didad del espacio objetivo —pues solo es un campo meramente visual, para la constitución de la
cosa tridimensional se requieren de más determinaciones—; sin embargo, apremia movimientos
que son fundamentales en la ejecución de la puntería. La presentación del campo visual cumpliría
con los siguientes momentos:
1. El campo de objetos es estable o inamovible y son los ojos los que se mueven.

2. Los ojos permanecen inmóviles y el campo de objeto es lo que se mueve.
Si al campo visual le agregamos el papel que juega nuestra corporalidad, entonces tenemos que:
1. Nuestra mirada y nuestro cuerpo, en su totalidad, están inmóviles de tal modo que el
campo de objetos (fijos) aparece inalterable.

2. Nuestra mirada, junto con nuestro cuerpo, se mueven y al hacerlo el campo también se
mueve.
En todos los casos ocurre un cambio, es decir, aparece una serie de modificaciones que
mediante la secuencia de los movimientos oculares posibilitan una localización objetiva (aunque

incompleta) de los objetos. Por último, una exhibición más de los esquemas corporales o estruc-
turas corporales la podemos encontrar en el concepto asociación. El término asociación designa
una ley esencial en la génesis de la inmanencia de la conciencia temporal que tiene incidencia en la
esfera de la sensibilidad a un nivel pasivo (que está en constante latencia). La síntesis que opera en

las asociaciones ocurre cuando determinadas percepciones que se han constituido por separadas
llegan a establecer conexión o coincidencia (nunca total) entre sí. Ciertamente, la conciencia per-
ceptiva “reactiva” o nos conduce a una fase temporal pasada, esto es, trae a la “presencia” aquello
que yacía oculto.

De ahí que el conjunto de lo percibido no se “pierda” una vez que ha sido vivido originaria-
mente, más bien, se queda en el ámbito o el dominio de la génesis pasiva. Podemos decir que la

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