Page 429 - BORGES INTERACTIVO
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JOSÉ MARTÍNEZ TORRES • ANTONIO DURÁN RUIZ 429
un hombre de muy pocas palabras, muy escueto, profundo y muy hiriente. Para la gente que
no quería era tremendo.
Sabarra Mitre: Uno nunca tropezaba con un Borges de lenguaje coloquial…
Clemente: No, no había lenguaje coloquial. El lenguaje coloquial de Borges es lo que los fran-
ceses llaman estilo, el hombre. Él era así. Muy cordial, muy afectuoso con la gente que quería
ver. En los últimos tiempos en la Biblioteca recibía a muchos jóvenes que lo querían ver, él
los recibía a todos. Era muy accesible para cualquier entrevista, para cualquier conversación,
para cualquier tema, para cualquier discusión. Hombre muy sagaz, muy dispuesto a todo y,
además, de una increíble memoria. Se encontraba veces con viejos amigos, pero muy viejos
amigos y le decían: “Sí, me acuerdo del poema que vos publicaste”, y les recitaba el poema
entero de memoria. La memoria era un ejercicio que en él suplía a la vista. Él forzó a su me-
moria a una gimnasia increíble. Podía acordarse pasajes íntegros de Shakespeare, de Goethe.
Y su literatura tiene estilísticamente el sentido justo de la medida literaria, en sus escritos y en
la conversación. Era un hombre muy conversador pero de frases cortas. Y de un manejo del
idioma extraordinario. Él elogiaba mi idioma provinciano. Me decía: “Ustedes los salteños son
los que hablan bien”.
En Borges hay que entender a un elemento fundamental: la miopía. En realidad no hace
tanto que se usan anteojos, no hace cuatrocientos años. Antes, el miope no podía ir a la gue-
rra, porque no podía ver a la distancia. Y entonces iba a las bibliotecas. De ahí vienen los ilumi-
nadores y los copistas, que tenían una letrita chiquita, como aquella con laque escribía Borges,
en miniatura. Borges se acostumbró, por la imposición física, al trabajo corto, pequeño, que
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