Page 430 - BORGES INTERACTIVO
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               podía ser memorizado. Entonces él solía dar vueltas por la sala de lectura de la Biblioteca Na-
               cional, la sala grande, paseándose hablando solo. Estaba recitándose a sí mismo y corrigiendo

               su memoria. Y cuando tenía el texto bien armado llamaba a su secretaria y se lo dictaba. Des-

               pués, la secretaría lo tenía que recitar y él le hacía las correcciones que correspondían.

                    Él dependía de su memoria. Por eso Borges nunca ha escrito una novela, y cuando acá un

               señor dijo que Borges había escrito una novela, El enigma de la calle Arcos, yo le dije que eso

               no era verdad. En la investigación mía de las obras de Borges, para hacer las Obras Completas,

               he revisado todo. Y este hombre dice en ese informe que el libro fue editado por Emecé, y yo

               era asesor de Emecé y puedo asegurar que Emecé jamás presentó eso. Luego lo consulté con

               Bonifacio del Carril hijo y me dijo: “No, nunca editamos nada por el estilo, Borges no tiene
               ninguna novela”.  No podía tener una novela. No podía hacer la obra de un Alejandro Dumas,
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               porque era imposible, porque al no ver estaba dependiendo de su memoria, y su memoria no

               tenía ese alcance tan grande.



               Arias: Ahora, esta sujeción al texto corto, ¿no tiene que ver también con una cuestión estilís-

               tica? Porque cuando podía ver Borges tampoco escribió ninguna novela. ¿No podría ser más
               bien una consecuencia del tipo de textos que él leía y admiraba?








               1. La novela policial El enigma de la calle Arcos reeditada hace poco, fue originalmente publicada como un folletín del diario
               “Crítica” en los dos últimos meses de 1932. Considerada una de las primeras policiales argentina, apareció con el seudónimo
               “Sauli Lostal” y diversas fuentes sospecharon que Borges podía ser su verdadero autor. Aunque Borges probablemente leyó
               la novela (y, en dos textos suyos, “El acercamiento a Almotásim” y “Examen en la obra de Herbert Quain” hay pasajes que
               parecen referirse a la misma), esa hipótesis ya fue por completo descartada. En una carta de lectores del diario “Clarín” del 27
               de febrero de 1997, Tomás E. Giordano afirmó haber conocido al autor real, un tal Luis Stallo cuya existencia y relación con el
               diario “Crítica” ya fue comprobada. “Sauli Lostal” es, entonces, un anagrama de su nombre.










                             Universidad Autónoma de Chiapas
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