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LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO.
416 HISTORIA, CARACTERIZACIÓN Y PERSPECTIVAS
convencionales. Por ello, un posible camino a seguir para reducir el impacto ambiental del ganado
lechero es convertir los sistemas de producción de leche convencionales en orgánicos (Thomasen
et al., 2008).
El mayor crecimiento de la producción de leche orgánica se registra en Europa, particu-
larmente en Austria, Suecia, Alemania y Holanda (Rosati y Aumaitre, 2004), a consecuencia de
premisas como que el alimento orgánico está libre de residuos contaminantes, es producido de
forma amigable con el medio ambiente y considera el bienestar del animal y con lo cual justifican el
sobre-precio, que va del 20 al 40% respecto al precio de su similar convencional (Rosati y Aumai-
tre, 2004). En este contexto, la producción ganadera, y de acuerdo con el enfoque clásico de los
sistemas orgánicos de producción, dichos animales deben recibir una dieta predominantemente
basada en forraje, a través de sistemas de pastoreo sostenibles (Croissant et al., 2007; Fall et al.,
2008), con uso de alimento concentrado únicamente como complemento a los requerimientos
fisiológicos de los animales (Hass et al., 2007).
En el caso de producción de leche orgánica, Queitschs (2005) indica que un sistema de pro-
ducción lechera orgánica se define como un complejo ganadero que aspira a producir leche de
alta calidad nutritiva, practicando métodos de explotación que rechazan el empleo de productos
agroquímicos manufacturados (fertilizantes sintéticos, compuestos artificiales, pesticidas, regula-
dores del crecimiento y aditivos a los forrajes), y que funcionan mediante rotación de cultivos
y reciclado de residuos orgánicos. Esto a su vez, estimula el reciclaje de nutrientes y protege el
medio ambiente y la diversidad biológica. En este sentido, en México, la agricultura orgánica se
caracteriza por la integración de pequeños productores a organizaciones sociales y la participa-
ción y promoción de parte de organizaciones no gubernamentales. La incorporación de más de
80,000 productores en casi 308,000 ha de tierras agrícolas y pecuarias ya registradas, le otorgan
el carácter de estratégico al sector orgánico de México. Sin embargo, de esa superficie solamente
unas 15,000 ha son destinadas a la producción pecuaria y dentro de ellas, el 60% tiene como fi-
nalidad la producción de carne bovina (Espinoza et al., 2007). No obstante la producción de leche
y queso orgánico en el año 2000 ascendió a 2,568 toneladas (García, 2003). Más de la mitad del
área dedicada a la generación de productos orgánicos, así como más del 50% de las 49 unidades
Universidad Autónoma de Chiapas