Page 51 - LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO
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ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA GANADERÍA BOVINA EN MÉXICO.
LA CONQUISTA E INICIO DE LA ÉPOCA COLONIAL 51
1986), pero se carece de datos sistematizados y concretos en lo que respecta a las demás es-
pecies, si bien existen excelentes trabajos con esta visión y que constituyen referencias clásicas
(Saucedo, 1984), e igualmente las hay para el caso de los cerdos como elementos de conquista
(Perezgrovas, 2007); más recientemente, se ha compilado muy valiosa información sobre la ge-
nética de las razas criollas de bovinos en América, aunque en menor cantidad lo que se relaciona
con su historia (de Alba, 2011).
Esta falta de información sistematizada sobre el tema pecuario, genera una visión parcial de
un momento decisivo en el devenir histórico de Mesoamérica, que estuvo asociado al cambio que
produjeron los nuevos animales domésticos en la cultura agrícola, pecuaria y gastronómica, así
como también en los modos de vida de los pueblos indígenas y de la creciente población criolla
durante el siglo XVI.
El objetivo de este trabajo es hacer un intento por llenar algunas de esas lagunas de conoci-
miento, no sólo abonando información relacionada con el encuentro de los nuevos animales con
las culturas locales, sino tratando de reconstruir algunos pasajes de la vida cotidiana en esta región
geográfica antes y después de la llegada de las especies recién conocidas a tierras americanas, en
particular los bovinos.
La vida cotidiana en México-Tenochtitlan
A fines del siglo XV, la capital del imperio azteca destacaba por su arquitectura, representada por
la grandiosidad de sus templos y palacios, largos acueductos que llevaban agua potable a kilóme-
tros de distancia, y además tenía una floreciente actividad agrícola que diariamente alimentaba a
“una gigantesca metrópoli de piedra por cuyas calles transitaban alrededor de cien mil habitantes”
(Cebrián, 2006: 139).
Un hecho sobresaliente de la época es el cultivo de innumerables productos agrícolas en
chinampas, algunas de 100 metros de longitud y que permitían la producción de frutales, horta-
lizas y flores; miles de pequeñas canoas o chalupas trasladaban diariamente las mercancías utili-
zando una gran cantidad de canales dentro de la ciudad. El mercado de Tlatelolco era el sitio a
dónde acudían los habitantes de la gran ciudad para adquirir mercancías, para lo cual empleaban
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