Page 30 - EL CULTIVO DE LA PALMA DE ACEITE
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EL CULTIVO DE LA PALMA DE ACEITE
       30                   EN EL SURESTE DE MÉXICO: AGENDA TÉCNICA







               cada mes. En la medida que la temporada de seca se prolongue, la producción disminuye y la
               distribución mensual se hace irregular, Las condiciones óptimas se encuentran cerca del ecua-

               dor con un límite a 17° de latitud norte y sur; sin embargo, existen plantaciones a los 18° de

               latitud norte con rendimientos de 20 toneladas de RFF (Racimo de Fruto Fresco) por hectárea

               (Sandoval, 2011).




                    Suelo

               Los suelos deben ser planos o ligeramente ondulados, ya que pendientes mayores al 12 por

               ciento, lo exponen a erosión y los costos de producción se incrementan por requerir más

               caminos, terrazas o curvas de nivel y se dificulta el manejo. El suelo debe ser fértil, con un
               horizonte superficial de 80 a 120 centímetros, de textura franca y un subsuelo arcilloso no

               pesado que retenga humedad. Los suelos con estas características pueden abastecer de agua

               y nutrimentos al cultivo, pero los suelos someros, poco profundos o con drenaje deficiente,

               reducen la capacidad de producción de la palma. Los suelos arenosos (texturas gruesas) no

               son recomendados, ni los extremadamente arcillosos (Sandoval, 2011)



                    1.8 Manejo del cultivo de palma de aceite

               Se recomienda debe iniciarse anticipadamente con la eliminación de la vegetación existente,

               durante la época de seca. No se aconseja usar maquinaria pesada, ya que puede destruir el

               suelo al exponerlo a la erosión. Si el suelo está suave, no compactado, se puede plantar inme-

               diatamente sin necesidad de mayor laboreo. En terrenos ganaderos y/o compactados después

               de eliminar la vegetación, se realiza un subsoleo a una profundidad de 60 a 80 centímetros
               con el suelo húmedo, pero sin exceso. Finalmente, se barbecha a una profundidad de 20 a 40

               centímetros y se rastrea una o dos veces (Arias et al., 2013).









                                Universidad Autónoma de Chiapas
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