Page 214 - Fútbol y globalización
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FÚTBOL Y GLOBALIZACIÓN
      214                     MEDIOS, MERCADOS E INCLUSIONES






               con objetivos claros en una sociedad capitalista. Las prácticas deportivas, y el fútbol en particular,
               son desarrollados en primera instancia en Inglaterra, cuna del modelo industrial capitalista. Sus
               objetivos apuntaron a su implementación como dispositivo de control social de cuerpos juveniles

               ahogados en un ocio improductivo, propio de la dinámica de las Public Schools, a mediados del
               siglo XIX. A su vez, la utilización del tiempo libre, la regulación de sus prácticas y, por tanto, su

               prescripción, fue tema central en la clase dirigente.
                    A esta altura, el deporte y la recreación social eran indispensables para el despegue definitivo
               de un modelo político capitalista. El sentido otorgado a estas prácticas lúdicas fue instrumental,
               solapadas de eufemismos como salud social, beneficios, derechos sanitarios para el pueblo, etc.,

               afirmadas en la concepción idealista que sostiene la idea de que el deporte sirve para todo o casi
               todo. En realidad, los objetivos eran los impuestos por la burguesía de la época que pensaba al

               obrero como parte de la maquinaria industrial, como un objeto-engranaje al que había que man-
               tener en óptimas condiciones para garantizar la máxima producción. La enfermedad no era la pre-
               ocupación real, sino las consecuencias económicas que podía ocasionar un obrero con problemas

               de salud. Así, estos cuerpos se convierten en un medio de producción y un objeto sujeto a las di-
               námicas y lógicas de la sociedad de consumo. En términos de Foucault (2002), se puede hablar de

               cuerpos dóciles, cuerpos sometidos, que son pensados para ser transformados y perfeccionados.
                    Cuando se bombardea al mundo infantil con palabras que no son significativas, se está some-
               tiendo e intentando una morfología de manera impune sobre esos cuerpos: “avívate, el fútbol es

               para vivos y no para bobos”, “cerrá el lateral”, “gánale la espalda”, “si es necesario el foul, no du-
               des” o “la pelota o el hombre, nunca juntos” son ejemplos rotundos de esa sumisión a costumbres
               o prácticas que no son propias de un niño. Es innegable que estas expresiones disciplinan esos

               cuerpos y, por lo tanto, controlan y los hacen obedientes y útiles. Los cuerpos en la actualidad
               siguen siendo expresiones de las exigencias de los modelos capitalistas, cuerpos comprendidos
               como máquinas del aparato productivo, obligados al rendimiento por sobre todas las cosas.

                    Algunos padres, madres, familiares en general, dirigentes y técnicos, no escapan a esta lógica;
               proyectan, desde una mirada psicológica, sus propias frustraciones y deseos, al creer que poseen
               a “la gallina de los huevos de oro”, que los salvará de la desgraciada posición social que les tocó

               en suerte. Ven en sus hijos/as posibles deportistas idealizados por los medios de comunicación,
               como héroes bellos y exitosos, algo así como el ideal de ser humano propio de la sociedad me-






                            Universidad Autónoma de Chiapas
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