Page 213 - Fútbol y globalización
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FÚTBOL INFANTIL, EL DESEO DE PRODUCIR
NUEVOS MESSI 213
Categorías sociales: expectativas de los padres de futbolistas
—Los nenes van con alegría, pero muchas veces lloran por los gritos de los padres (comunicación
personal).
—Hay partidos que se suspendieron por culpa de los padres que hasta se han agarrado a piñas (comu-
nicación personal).
—Veo pibes que cuando termina el partido lloran. Es por algo negativo que les trasmiten los padres
(comunicación personal).
—Cada padre que viene a traer a su hijo a prueba, dice que tiene a Messi (comunicación personal).
—Yo jugaría todos los partidos a puertas cerradas (comunicación personal).
Estas categorías llevan indefectiblemente a comprender que los imaginarios del fútbol infantil
y el cuerpo que los goza (o sufre), que es el cuerpo de los niños, van construyendo una especie
de identidad forzada, penetrando las ajenas fronteras de la piel para invadir el mismísimo interior
corporal de sus propios hijos-jugadores. Aquí la doble moral o al menos el doble discurso entra
en juego. Por un lado, frases como:
—Yo traigo a mi hijo al fútbol porque aprende a compartir y eso es bueno para su educación (comuni-
cación personal).
—Es bueno que practique deporte en equipo así aprende a valorar el respeto hacia el otro (comuni-
cación personal).
Y por otro, expresiones que escuchamos permanentemente en los partidos de fútbol infantil
como: “corré”, “meté”, “bajálo”, “a tu derecha”, “saltá”, “abajo”, “cuidá tu espalda”, “se te va”,
“se te fue”, etc. ¿No son acaso palabras restrictivas? ¿No dirigen cual marionetas a estos cuerpos
infantiles hacia prácticas, repeticiones o estereotipos corporales que no son los deseados por los/
as pequeños/as jugadores? ¿No borramos con el codo lo que escribimos con la mano? Es eviden-
te que el contexto social y político va determinando el uso o usos corporales de los deportistas
niños/as, violando, para evitar todo tipo de eufemismos, las libertades individuales y colectivas de
los participantes.
Aquí podemos pensar en la concepción del cuerpo como instrumento o como capital social
no propio sino apropiado. Asistimos a una exacerbada posición o pensamiento consumista sobre
el cuerpo que hace de este un objeto comercializable, una mercancía, un deseo o sublimación
ajena al propio cuerpo del adulto que ve con ojos exultantes un futuro que no es el propio.
Un cuerpo infantil que puede representar la salvación, en términos de estatus familiar o bien
en términos netamente económicos. Recordemos que los deportes, y en especial el fútbol, nacen
Universidad Autónoma de Chiapas