Page 312 - BORGES INTERACTIVO
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su tumba son de Flandres las campañas,
y su epitafio la sangrienta Luna.
Aquí está lo esencial. Estos versos deben su riqueza a su ambigüedad. Recuerdo muchas dis-
cusiones sobre la interpretación de estos versos. ¿Qué significa “su tumba son de Flandres las
campañas”? Podemos pensar en los campos de Flandres, en las campañas militares que libró
el duque. “Y su epitafio la sangrienta Luna” es uno de los versos más memorables de la lengua
española. ¿Qué significa? Pensamos en la luna sangrienta que figura en el Apocalipsis, pensa-
mos en la luna debidamente roja sobre el campo de batalla, pero hay otro soneto de Queve-
do, dedicado también al duque de Osuna, en el cual dice: “a las lunas de Tracia con sangriento
/ eclipse ya rubrica tu jornada”. Quevedo habrá pensado, en principio, el pabellón otomano;
la sangrienta luna habrá sido la medialuna roja. Creo que todos estaremos de acuerdo en no
descartar ninguno de los sentidos; no vamos a decir que Quevedo se refirió a las jornadas mi-
litares, a la foja de servicios del duque o a la campaña de Flandres, o a la luna sangrienta sobre
el campo de batalla, o a la bandera turca. Quevedo no dejó de percibir los diversos sentidos.
Los versos son felices porque son ambiguos. Luego:
En sus exequias encendió al Vesubio
Parténope y Trinacria al Mongibelo.
O sea que al Vesubio lo encendió Nápoles y Sicilia al Etna. Qué raro que haya puesto estos
nombres antiguos que parecen alejar todo de los nombres tan ilustres de entonces. Y
el llanto militar creció en diluvio.
Universidad Autónoma de Chiapas