Page 308 - BORGES INTERACTIVO
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               bajo la oscura noche”. Sin embargo, tratemos de recrear esa imagen, pensemos en Eneas y
               en la Sibila y veremos que está tan cerca de nuestra imagen decir “iban oscuros bajo la solitaria

               noche” como decir “iban solitarios bajo la oscura noche”.

                    El lenguaje es una creación estética. Creo que no hay ninguna duda de ello, y una prueba

               es que cuando estudiamos un idioma, cuando estamos obligados a ver las palabras de cerca,

               las sentimos hermosas o no. Al estudiar un idioma, uno ve las palabras con lupa, piensa esta

               palabra es fea, ésta es linda, ésta es pesada. Ello no ocurre con la lengua materna, donde las

               palabras no nos aisladas del discurso.

                    La poesía, dice Croce, es expresión si un verso es expresión, si cada una de las partes de

               que el verso está hecho, cada una de las palabras, es expresiva en sí misma. Ustedes dirán que
               es algo muy trillado, algo que todos saben. Pero no sé si lo sabemos; creo que lo sentimos por

               sabido porque es cierto. El hecho es que la poesía no son los libros en la biblioteca, no son los

               libros del gabinete mágico de Emerson.

                    La poesía es el encuentro del lector con el libro, el descubrimiento del libro. Hay otra

               experiencia estética que es el momento, muy extraño también, en el cual el poeta concibe

               la obra, en el cual va descubriendo o inventando la obra. Según se sabe, en latín las palabras

               “inventar” y “descubrir” son sinónimas. Todo esto está de acuerdo con la doctrina platónica,
               cuando dice que inventar, que descubrir, es recordar. Francis Bacon agrega que si aprender es

               recordar, ignorar es saber olvidar; ya todo está, sólo nos falta verlo.

                    Cuando yo escribo algo, tengo la sensación de que ese algo preexiste. Parto de un con-

               cepto general; sé más o menos el principio y el fin, y luego voy descubriendo las parte (sic)

               intermedias; pero no tengo la sensación de inventarlas, no tengo la sensación de que depen-

               dan de mi arbitrio; las cosas son así. Son así, pero están escondidas y mi deber de poeta es

               encontrarlas.








                             Universidad Autónoma de Chiapas
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