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JOSÉ MARTÍNEZ TORRES  •  ANTONIO DURÁN RUIZ      309






                Bradley dijo que uno de los efectos de la poesía debe ser darnos la impresión, no de des-
           cubrir algo nuevo, sino de recordar algo olvidado. Cuando leemos un buen poema pensamos

           que también nosotros hubiéramos podido escribirlo; que ese poema preexistía en nosotros.

           Esto nos lleva a la definición platónica de la poesía: esa cosa liviana, alada y sagrada. Como

           definición es falible, ya que esa cosa liviana, alada y sagrada podría ser la música (salvo que la

           poesía es una forma de música). Platón ha hecho algo muy superior a definir la poesía: nos da

           un ejemplo de poesía. Podemos llegar al concepto de que la poesía es la experiencia estética:

           algo así como una revolución en la enseñanza de la poesía.

                He sido profesor de literatura inglesa en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad

           de Buenos Aires y he tratado de prescindir en lo posible de la historia de la literatura. Cuando
           mis estudiantes me pedían bibliografía yo les decía: “no importa la bibliografía; al fin de todo,

           Shakespeare no supo nada de bibliografía shakespiriana”. Johnson no pudo prever los libros

           que se escribirían sobre él. “¿Por qué no estudian directamente los textos? Si estos textos les

           agradan, bien; y si no les agradan, déjenlos, ya que la idea de la lectura obligatoria es una idea

           absurda: tanto valdría hablar de felicidad obligatoria. Creo que la poesía es algo que se siente,

           y si ustedes no sienten la poesía, si no tienen sentimiento de belleza, si un relato no los lleva

           al deseo de saber qué ocurrió después, el autor no ha escrito para ustedes. Déjenlo de lado,
           que la literatura es bastante rica para ofrecerles algún autor digno de su atención, o indigno

           hoy de su atención y que leerán mañana.”

                Así he enseñado, ateniéndome al hecho estético, que no requiere ser definido. El hecho

           estético es algo tan evidente, tan inmediato, tan indefinible como el amor, el sabor de la fruta,

           el agua. Sentimos la poesía como sentimos la cercanía de una mujer, o como sentimos una

           montaña o una bahía. Si la sentimos inmediatamente, ¿a qué diluirla en otras palabras, que sin

           duda serán más débiles que nuestros sentimientos?








                                                                Universidad Autónoma de Chiapas
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