Page 299 - LOS BOVINOS CRIOLLOS DE MÉXICO

LA DIVERSIDAD GENÉTICA DE LOS BOVINOS CRIOLLOS MEXICANOS
MEDIANTE SECUENCIAS DE DNA MITOCONDRIAL 299

portaron los ancestros de las razas españolas (y otras poblaciones) actuales. Éstas, al sufrir una
selección predominantemente artificial e intensa conforme se ha avanzado en la investigación

genética, han perdido buena parte de su diversidad. Así lo muestran también otros estudios con

marcadores moleculares como microsatélites, el gen de la κ-caseína y del BoLA, tanto para bo-
vinos mexicanos como para otros criollos de nuestro continente al ser comparados con razas
especializadas (Duarte-Ortuño, 2015; Félix et al., 2006; Giovambatistta et al., 2001; Kelly et al.,

2003; Martínez et al., 2005; Russell et al., 2000; Ulloa 2001; Ulloa et al., 2008).

En el proceso histórico de formación de las razas se pueden distinguir diversas etapas, en
las cuales, la participación del ser humano en su diferenciación genética ha incidido en mayor o
menor grado. En sus inicios, lo que existió fue una variedad de subespecies geográficas, previas a

la domesticación, y que en el caso de los bovinos estuvieron distribuidas ampliamente en Eurasia

y África. A partir de la Revolución Neolítica, con limitada intervención humana, estas subespecies
derivaron en las razas primitivas. Eventualmente, gracias al conocimiento empírico primero, y los
descubrimientos científicos después, tal intervención aumentaría de manera importante para con-

formar las razas naturales, en etapa de transición a las actuales.

Finalmente, en el nacimiento de estas últimas, ya se vio involucrada una intensa selección ge-
nética que continua hasta nuestros días, pero que todavía les ha permitido conservar su carácter re-
gional. A partir de las razas modernas de ganado se han creado, con la ayuda de la biotecnología, las

llamadas razas mejoradas, genéticamente muy homogéneas, con proyección internacional, y cuya

explotación es dependiente de ciertos paquetes tecnológicos (Sponenberg & Christman, 1995).
Analizando restos arqueológicos bovinos se ha podido determinar que la pérdida de diversi-
dad genética (tanto de mtDNA como de ncDNA) en las razas europeas en general, ha sido cons-

tante y ha tenido lugar especialmente desde tiempos medievales (MacHugh et al., 1999; Svensson

et al., 2007). Hace 500 años, seguramente la diversidad de las poblaciones bovinas ibéricas tam-
bién era mayor que la actual, habiendo sido manejadas durante milenios de manera tradicional, y
traídas al Continente Americano todavía en su estado de razas naturales. Al menos para el ganado

español, sólo se reconocían en aquellos siglos algunas líneas de ganado bravo o de lidia, mientras

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