Page 159 - Fútbol y globalización
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COHESIÓN, LEALTAD Y VIOLENCIA: LECCIONES
DE UNA BARRA FUTBOLÍSTICA DE VERACRUZ 159
RUMBO A LA COSTA. LA BARRA EXISTE UNIDA
El autobús está programado para partir a las 3:30 el viernes 22 de abril del año 2016. En el
parque central de Coatepec nos reunimos desde antes de la hora marcada quienes habremos de
llenar el camión de segunda, rentado para la ocasión, con cupo para unas 50 personas. El estadio
donde el equipo local, nuestro equipo, recibe a uno “de los grandes” del fútbol nacional, está a
dos horas de camino sobre la autopista federal. Partimos de esta connotada ciudad cafetalera de
la región central veracruzana, ubicada a 1200 msnm; la distancia es de unos 100 kilómetros hasta
nuestro destino a nivel del mar.
El ambiente festivo crece conforme la concentración aumenta su tamaño. Saludos discretos,
buen ánimo, nerviosismo previo al viaje; al cabo, la camaradería se ha echado a andar. De a poco,
esta comunidad temporal de apoyo futbolero comienza a tomar forma en la práctica. Notorio en
ella es el uso de las playeras rojas del equipo que definen el nosotros fulanos de tal. Necesarios en
la convivencia son los saludos que incluyen preguntas sobre quienes aún no llegan y el recuerdo
rápido de experiencias pasadas. Han comenzado a gastarse bromas pesadas que irán aumentando
hasta mostrarse como familiaridad forjada al paso de lustros de militancia en el respaldo al club; se
trata, aquí y ahora, de la reanudación de amistades y compañerismo ejercitado cada 7 o 15 días,
según se asista a los estadios para apoyar al equipo cuando juega de local o de visitante.
Previo a ocupar el camión se realiza el cobro a cada viajero; en libreta de notas queda re-
gistrado nuestro pago (unos 350 pesos que incluyen ingreso al estadio y la ruta Coatepec-Boca
del Río-Coatepec) al lado de nuestros nombres, dados estos al organizador/coordinador del viaje
con días de anticipación a la cita. El cobrador —quien se hizo barrista desde muy joven, hoy es
miembro de la primera generación de esta agrupación, en la cual ha construido prestigio y poder
entre y frente a jóvenes recién llegados— está también a cargo de la logística del viaje, del “orden”
durante el mismo y del regreso de todos. Él, quien también es músico de la murga de la barra ,
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nuclea durante este día la representación de este colectivo centrado en el apoyo irrestricto al
3 Se trata del conjunto de músicos que acompañan a la barra durante el tiempo previo al juego, durante éste y al finalizar el
mismo. Su papel es importante al estar encargados de una parte sustantiva de la animación dada al equipo del que son fanáticos;
de hecho, su actuación potencia y sostiene las energías invertidas en cada juego de fútbol. Su actuación consiste centralmente
en interpretar diferentes “canciones” –adaptadas u originales- en las que se enaltece al equipo de sus amores y se denigra a los
clubes contrarios –y más aún a los rivales más odiados-. Los instrumentos que no faltan en las murgas son: bombo, platillos y
trompetas; el número de músicos varía, pero parecen estar entre 8 y 10. Esta formación, la murga, es una más de las influencias
sudamericanas del comportamiento colectivo dentro del aficionado futbolero, en el fútbol mexicano; de hecho, su llegada a la
escena futbolística del país tiene pocas décadas.
Universidad Autónoma de Chiapas