Page 162 - Fútbol y globalización
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FÚTBOL Y GLOBALIZACIÓN
      162                     MEDIOS, MERCADOS E INCLUSIONES






               —entre los que pueden estar el considerable consumo de cerveza o la ingesta de alguna droga—
               dentro de esta vivencia que colme la barra.
                    En esta ocasión, la ausencia de la murga justificaría los esporádicos cantos entonados durante
               el recorrido y, ya en el estadio, habría producido de nuestra parte un acompañamiento discreto al

               equipo local. Solo el dinámico joven trompeta que hizo el viaje ha amenizado brevemente la en-
               tonación de cantos-espaldarazo. Dentro del estadio, ese músico decidirá sumarse a la murga mo-
               numental compuesta por la agregación de otras murgas y barras locales. Ocurre así una especie
               de confederación de barras que en el soporte al club se articulan en momentos específicos como

               el apoyo dentro del estadio, pero que al término del juego se descompone nuevamente en barras
               diferenciadas, y a veces hasta opuestas y enfrentadas. Aunque esas alianzas son en apariencia es-
               pontáneas, no puede pensarse que también existen debido a otras relaciones, dadas más allá del
               momento de juego, mediadas por los “capos” de cada barra. El hecho de que cada capo comanda

               una barra supone una organización piramidal y jerárquica articulada como cadena de mando en la
               línea directivo-capo-barra, donde el capo es el mediador entre dueños, directivos y aficionados.
                    El viaje, aún sin la murga y su implicación festivo-sonora que redimensiona la experiencia de
               apoyo, expone que para los aficionados barristas el fenómeno futbolero inicia mucho antes del arran-

               que de juego. Cosa que no es igual para muchos otros asistentes a los estadios, quienes no suelen
               tener una fuerte actividad colectiva previa al juego en sí, o no al modo de la barra, ni tampoco al final
               del cotejo. En este caso, la barra se anima antes de iniciar al viaje de ida al estadio que está en otra
               ciudad y se difumina (hasta el siguiente partido) hasta que se ha retornado a Xalapa y Coatepec.




                   LA BARRA ESCENIFICA SU EXISTENCIA, SU IDENTIDAD

                    En cuanto a la barra —aunque sus integrantes desarrollan trayectorias individuales en lo
               escolar, laboral, en los usos de su tiempo libre, en su pertenencia a familias y demás formas de

               sociabilidad—, esta se nos presenta como una comunidad escenificada en momentos y lugares
               específicos, y así se ve articulada a una identidad colectiva de práctica (si bien posibilitada por el
               apoyo a un equipo de fútbol) centrada en acciones particulares como demostrar lealtad ante una
               pelea con otras barras; saberse los cantos y entonarlos estentóreamente, saltando y percutiendo
               lo que esté a la mano para aumentar el volumen de esa experiencia, mostrar apoyo absoluto al

               club, compartir solidariamente bienes tales como la bebida, soportar el desgaste durante el trasla-







                            Universidad Autónoma de Chiapas
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