Page 22 - Fútbol y globalización
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FÚTBOL Y GLOBALIZACIÓN
       22                     MEDIOS, MERCADOS E INCLUSIONES






               vida social y política de los sectores acaudalados. Dichos lugares permitían comunicar y legitimar
               los valores enaltecidos de la época; se trataba, entonces, de formar un nuevo tipo de caballero:
               disciplinado, vigoroso, respetuoso de las reglas y con la habilidad de coordinar sus esfuerzos en
               equipo (Quitián, 2013).
                    Así, el 8 de noviembre de 1863 se redactaron gran parte de las reglas que actualmente rigen

               este deporte. Décadas más tarde dejaría de ser una práctica exclusiva de las clases acomodadas
               y sería extendido a las capas populares de la sociedad inglesa. Más tarde, a finales del siglo, sería
               exportado a las colonias británicas y a aquellos países influenciados por el espectro de la industria
               cultural inglesa. Para el caso de América Latina, los trabajos de autores como David Wood (2009),
               en Perú, y Eduardo Archetti (2008), en Argentina, resultan importantes para entender cómo el

               fútbol ha jugado un papel protagónico al interior de los conflictos locales y en la conformación de
               identidades nacionales diferenciadas.
                    En referencia a Perú, Wood (2009) señala que en un primer momento se trató de una im-
               portación inglesa apropiada por las élites blancas de la nación. Más tarde, las políticas educativas

               estatales, dirigidas a la formación de un “ciudadano ideal”, emplearon los deportes como un re-
               curso pedagógico. Estas condiciones, aunadas a la facilidad con la que se puede practicar el fútbol,
               incidieron a favor de que se extendiera a todos los sectores de la sociedad. A partir de entonces
               se convertiría en un escenario de disputa entre las élites blancas y los sectores obreros, indígenas y

               negros. No obstante, símbolos como la selección nacional promovida por el Estado y los medios
               de comunicación, lo convirtieron en insignia de todas las capas de la sociedad.
                    Por su parte, Archetti (2008) detalla cómo en Argentina también se trató de una importación
               británica que ulteriormente dejaría de ser exclusiva de los residentes ingleses. Ahí, su incorpora-

               ción devino en un espacio de diferenciación entre lo propio —lo gaucho— y lo extranjero —lo
               británico—; se crearía identidad nacional a partir de un estilo de juego nacional, un estilo libre,
               espontáneo e inquieto que se distinguiría del estilo rígido, tecnificado y sistemático de los ingleses.
               Así pues, el auge que tuvo su estilo de juego, aunado al éxito de los jugadores en los ámbitos

               internacionales, haría que la práctica del fútbol se fundiera con el ethos nacional.
                    En ese orden de ideas, como se observa en ambos casos, la difusión masiva del fútbol se
               emparentó con la emergencia de otro fenómeno de la época, la propagación y radicalización de la
               forma de comunidad política moderna: los Estados nacionales (Villena, 2003). En tal panorama el

               fútbol constituyó un espacio simbólico predilecto donde las naciones podían contender de forma







                            Universidad Autónoma de Chiapas
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